El titular de la CGT Azul y Blanca, Luis Barrionuevo, había lanzado un mensaje apocalíptico: anticipó un “estallido” por la inflación para diciembre próximo. El gobierno salió a responder de plano, y el aliado de Hugo Moyano salió a contradecirse.
El Jefe de Gabinete, Joge Capitanich, directamente cuestionó al sindicalista pidiendo a la Justicia que investigue si el jefe sindical cometió un «delito de acción pública» con sus declaraciones. La Presidenta de la Nación optó por una referencia más indirecta.
«Hay dirigentes sindicales que están anunciando estallidos para diciembre» y pronosticó que «posiblemente estén preparando alguna matiné para ahora, antes, estén todos muy atentos».
También denunció que la prensa promueve «la mala onda y el desánimo», y dijo que ello provoca la caída del consumo y de la actividad económica.
Barrionuevo aclaró que «no está en el ánimo de ningún dirigente sindical crear un caos».
Sus dichos preanunciando un estallido y anunciando acciones directas no parecen sustentar su segunda afirmación. “Los tiempos nuestros no son los tiempos de los políticos. Nosotros vamos a accionar. El día de mañana vamos a fijar la fecha de la marcha”, había sostenido.