La reunión que la cúpula de la CGT mantuvo el martes pasado con el jefe de la misión del FMI en la Argentina, Roberto Caldarelli, sigue generando revuelo en el mundo sindical. Son varios los que le facturan el encuentro y todavía más los que le reprochan la foto sonriente a quienes asistieron.
Ayer, el que comentó lo que sucedió fue el anfitrión, Gerardo Martinez, que señaló que el cónclave se gestó para conocer más detalles del ajuste en el marco del acuerdo de financiamiento, el sindicalista dijo que fue «tensa».
«Lo que se va a generar es recesión y una ola de despidos masiva» planteó el jefe de la UOCRA sobre las políticas económicas actuales.
«El pronóstico es desalentador, muy triste. Necesitamos medidas anticíclicas», añadió el dirigente cegetista.
Además exculpó al organismo internacional del ajuste que lleva adelante la gestión de Mauricio Macri: «El FMI no impone ninguna condición fundamental, son como bomberos… viene a apagar un incendio, para eso aparentemente los contrató el Gobierno argentino», remarcó.
Por último remarcó que «no hay exigencia del FMI de aplicar una reforma laboral, eso está en manos del Gobierno argentino».