Luego de varias idas y vueltas, en la tarde de ayer y con la firma de Héctor Daer, Carlos Acuña y Juan Carlos Schmid, la CGT formalizó la convocatoria al promocionado plenario de secretarios generales en el que se discutirá la cuyuntura actual y el posicionamiento de la central obrera en ese contexto.
El temario del cónclave sólo incluye un ítem: «Análisis de la situación social, laboral y política por la que atraviesa nuestro país. Estrategia de la Confederación General del Trabajo para lograr respuestas a la agenda de reclamos».
Además, en el texto se remarca que a la cita, que se mudó de la Unión Ferroviaria a La Fraternidad, sólo podrá asistir un representante por gremio. Es por motivos estatutarios, pero también para evitar «aparateos» que suelen ser bastante comunes en los encuentros cegetistas.
El cambio de sede no es un tema anecdótico, responde a los cortocircuitos que en las últimas semanas separaron al triunvirato del Movimiento de Acción Sindical Argentino (MASA) y que ahora ponen en duda la participación de los gremios que componen ese espacio. Los liderados por Sergio Sasia y Omar Viviani amagan con no aparecer por los pagos de Maturano, pero no está definida su posición.
Otros que dudan entre ir a pedir un recambio en la conducción y un plan de lucha contra las políticas económicas del Gobierno o vaciar el encuentro, son los alineados con Hugo Moyano y Sergio Palazzo. Hasta ahora no hay consenso al respecto de que camino tomar y el martes definirán los pasos a seguir en una cumbre que se realizará en el gremio de pilotos que lidera Pablo Biró. Esta semana, el espacio que ya tiene al Smata, a las normalizadas «seis dos» y a no alineados como Aceiteros, sumó a Víctor Santa María. Contra reloj, hacen esfuerzos por incorporar a la UOM y al MASA, pero ambos parecen decididos a mantenerse como jugadores libres.
Las invitaciones circularon ayer luego de la reunión de mesa chica de CGT, en la que los principales referentes cruzaron miradas respecto del futuro inmediato de la central. Frente a los Gordos, que apuntalaron la idea de sostener las negociaciones con el oficialismo, quienes se mostraron más duros fueron los gremios del transporte. De hecho, según pudo reconstruir InfoGremiales, ya adelantaron que propondrán una nueva huelga general para el mes próximo, sin movilización. Es para darle continuidad al contundente paro del 25 de junio y para empezar a mostrar los dientes en un contexto de profundización del ajuste que tiene a la CGT como espectador del creciente conflicto social.
La hipótesis de quienes apuestan por la convocatoria a otra huelga general (con fecha probable antes de que termine septiembre) es que esa acción puede convertirse en una herramienta de comunión en un momento de dispersión. «Si convoca la CGT van a parar todos», explican. Por ello creen que más allá de las características del plenario del miércoles, en el que jugarán de local, un paro de la CGT reunirá a los representados por el triunvirato, al moyanismo, a la Corriente Federal, al MASA, a la UOM y al resto de los actores del espectro gremial.
La propuesta de la CATT viene empujada por el importante triunfo que abrochó Schmid en épocas de derrotas. El triunviro, y titular de la Federación Marítima, consiguió la continuidad de todos los puestos de trabajo en el puerto de Buenos Aires, tras un largo conflicto que incluyó un acampe de 32 días, represión y negociaciones con capitales internacionales.
El próximo episodio de esta sega se dará el lunes, cuando a las 14 horas el Consejo Directivo se vea las caras para definir los detalles del plenario del miércoles. Se tratará de una reunión más de tinte organizativa, pero tal vez sea un primer semblanteo para que la propuesta del paro general empiece a tomar color.