En la jornada de ayer la presidenta Cristina Fernandez recibió el apoyo de las principales centrales de trabajadores del mundo a la posición argentina en el tratamiento de la deuda soberana en el marco del litigio con los denominados fondos buitre, al tiempo que exhortó a que en un año «podamos sancionar en el marco de las Naciones Unidas el proyecto que establece un tratado regulatorio y jurídico de la deuda soberana».
En el consulado argentino en Nueva York estuvieron, entre otros, el brasileño Joao Felicio y la australiana Sharan Burrow, presidente y secretaria general de la Confederación Sindical Internacional (CSI); Richard Trumka, presidente de la central obrera estadounidense Aflcio; el canadiense Hassan Hussef, de la CLC de Canadá; y el paraguayo Víctor Báez, secretario general de la Confederación Sindical de las Américas (CSA).
También participaron de la reunión el ministro de Trabajo, Carlos Tomada; y los dirigentes sindicales argentinos Hugo Yasky (CTA), Gerardo Martínez (UOCRA), Andrés Rodríguez (UPCN) y Edgardo Llano (APA).
Durante el encuentro, la Presidenta ratificó una vez más la «fuerte voluntad de pago» que tiene Argentina y destacó que la sentencia del juez del estado de Nueva York Thomas Griesa «tiene un carácter incumplible».
En este marco, Cristina exhortó a que en el marco de la ONU se pueda crear en el 2015 «el marco regulatorio y jurídico multilateral para el tratamiento de deudas soberanas», porque «estamos ante un modelo depredador, eso es un modelo de los buitres».
«Esto no es ‘no llores por mí Argentina’, sino que es ‘no llores por mí the world'», completó.
Ante los sindicalistas, la Presidenta insistió en que «los buitres son usureros» y explicó que la ley de Pago Soberano Local de la deuda externa, sancionada la semana pasada por el Congreso contempla al «100%» de los bonistas, incluso a los que tenían juicio contra la Argentina.
La mandataria remarcó además que «no fue casualidad» el «aplastante apoyo» que obtuvo en la Asamblea General de la ONU la resolución para crear un marco legal internacional que regule la reestructuración de las deudas soberanas, impulsada por el G77+China a instancias de la Argentina.
Al respecto sostuvo que el respaldo al proyecto de parte 124 naciones, se explica porque Argentina es un espejo en el cual se vieron reflejados muchos países del mundo, del África y de la propia Europa, cuyos países muestran «niveles de endeudamiento muy superiores al producto bruto interno y con el 40 por ciento de su juventud desocupada».
«Lo que pasa es que la Argentina es el espejo de la distorsión de lo que pasa en el mundo con un modelo depredador, por eso es un modelo buitre», agregó y agradeció la «solidaridad de los trabajadores» hacia la Argentina en el conflicto con los fondos especulativos.
Cristina dijo que esa solidaridad «es defensa propia», porque «de seguir produciéndose fenómenos de esta naturaleza los que van a terminar pagando son los trabajadores».
«Uno lo puede ver aquí en Estados Unidos y en todas partes, la pobreza, el desempleo y la precarización laboral», completó.