Camioneros, la Corriente Federal y los sindicatos de la CGT más críticos del modelo económico del macrismo encabezaron ayer el Encuentro Federal, donde mostraron su capacidad territorial y lanzaron duros discursos contra el Gobierno y los sectores cegetistas más moderados.
Del encuentro participaron los Moyano; Ricardo Pignanelli y Mario Manrique (SMATA); Sergio Palazzo y Eduardo Berrospe (Bancarios); Pablo Biró (Pilotos), Omar Plaini (Canillitas), Vanesa Siley (Fesitraju), Miguel Ángel Díaz (UDOCBA), Leandro Fabre (APOPS), Graciela Aleñá (Viales), «Gringo» Amichetti (Gráficos) y Horacio Valdez (Vidrio), entre otros.
En un documento consensuado, estos dirigentes -que no forman parte de la conducción de la CGT- confirmaron su adhesión al paro general que lanzó la central obrera y también adelantaron la próxima protestas que harán tras esa medida de fuerza: una marcha a la Basílica de Luján el 20 de octubre.
«Hay que terminar con las políticas de este gobierno, humildemente, estar aquí presente es comprometerse más por la lucha de los trabajadores», resaltó Moyano en un claro mensaje a los dirigentes reunidos en Azopardo en paralelo.
A la vez, en su discurso el camionero sostuvo que el Gobierno está «tratando de doblegarlos» y al respecto advirtió: «Yo le digo a Macri ´No me vas a doblegar Mauricio´. Antes de quitarle un derecho al trabajador, que me quite la vida».
«Aunque me amenacen a mí o a Pablo (Moyano). Ya lo dijo Pablo: ´Sería un honor que un gobierno gorila como este me lleve preso´. Y esta es la verdad», subrayó Moyano en su discurso en el acto del Frente Sindical, una de las estructuras que viene armando en el gremialismo, en medio de sus diferencias con el resto de la CGT, junto a la Multisectorial 21F que incluye además a las dos CTA.
Estuvieron presentes en el acto los referentes de la CTA de los Trabajadores Hugo Yasky y Roberto Baradel y el titular de una de las dos fracciones de la CTA Autónoma, Pablo Micheli.
Por su parte Sergio Palazzo señaló que “la única grieta que siempre existió en este país es entre los que nos oprimen y los que no queremos ser oprimidos, entre los que tienen un plato de comida y los que no”. Y advirtió que «alguna vez se les van a acabar los arrepentidos y los cuadernos y van a tener que reconocer que nos están hundiendo en la mayor crisis de la historia argentina».
El tercer actor trascendente del acto, Ricardo Pignanelli,, fue el encargado de anunciar la marcha a la Basílica de Lujan para octubre. «En octubre vamos a ir a Luján todos los trabajadores que tengamos que reparar el espíritu», remató el titular de los mecánicos.
A su turno Graciela Aleñá remarcó que «estamos volviendo a épocas que no queremos volver a vivir, donde los compañeros se quedan sentados en su lugar de trabajo porque no les dan funciones, porque pretenden darnos un aumento promedio del 6,5%». Y agregó: «Lo que no hay que tener es olvido con aquellos sindicatos que mientras echaban trabajadores, se estaban sentando con el Fondo monetario o con el Gobierno Nacional».
Por otro lado, leyeron un documento en el que exigieron al Gobierno una serie de medidas como «cambio de la política económica»; «defensa de la industria nacional, pymes y las economías regionales»; «regulación de las importaciones»; «recuperación del mercado interno»; «emergencia ocupacional, alimentaria y sanitaria»; «rechazo a la reforma laboral» y «paritarias libres».
También pidieron «aumento de emergencia del salario mínimo»; «derogación de la reforma previsional»; «aumento de las jubilaciones, pensiones y las asignaciones de los trabajadores de la economía popular»; «retrotraer las tarifas de los servicios a diciembre de 2017»; «derogación de la reforma tributaria» y «nuevo esquema tributario progresivo».