Armando Cavalieri abrochó ayer un fallo del juez federal Marcelo Martínez de Giorgi que desestimó la denuncia presentada por Ramón Muerza por las irregularidades en los padrones. La sentencia, que no se le cursó a las partes actuantes ni a la fiscalía, no resuelve sobre el proceso electoral, pero fue utilizada por el mercantil para hacer circular la idea de que el viernes se vota.
La intención, que ayer le comunicó el dirigente sindical de 84 años a su agrupación, es que en 48 horas, y en el más absoluto hermetismo, el sindicato con más afiliados del país cierre su interna casi sin participación.
Todavía es una incógnita que ocurrirá con el Ministerio de Producción y Trabajo y con la oposición ante esta determinación. Es que nadie garantiza que vayan a convalidar y participar de la jornada. Las dudas de ambos surgen del mismo hecho: los comicios permanecen suspendidos por la Justicia del Trabajo.
Los jueces de la Sala VIII de la Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo habían suspendido, días atrás, lo actuado por el gremio debido a irregularidades en el llamado a la asamblea de delegados que eligió la junta electoral. Esa sentencia sigue firme y ya no es apelable.
El propio Sica había adelantado el viernes que haría cumplir esa resolución judicial. Por eso le pide que negocie, pero desde el ministerio señalan que «está encaprichado». Para leer ese fallo y decidir los próximos pasos, Cavalieri ya había cursado la convocatoria para hoy, en el edificio de Moreno, a una reunión de Comisión Directiva.
Son horas claves que definirán el futuro del Sindicato de Empleados de Comercio, clave a la hora de marcar el pulso salarial del país y que podrían ser un punto de inflexión para una organización que hace más de tres se mantiene impermeable.