«Los afiliados le dijeron que no a Cavalieri y cuando en el sindicalismo la gente te pierde el respeto te tenés que ir a tu casa», aseguró Ramón Muerza.
Centenares de trabajadores del sindicato, con sus característicos chalecos y gorras de color bordó, que responden a Muerza, protestan desde hace semanas en la calle Moreno a la altura de Diagonal Sur, en el barrio porteño de Montserrat y ocupan el gremio para exigir que se realicen elecciones transparentes.
«Hubo fraude desde que empezó el proceso. Convocaron a una junta electoral sin haber hecho una reunión de comisión directiva, sin habernos convocado a nosotros. Después consiguieron de parte de Jorge Triaca que se haga una junta electoral trucha en Parque Norte donde nosotros no participamos por una orden judicial», dijo Mueza a NA.
Y agregó: «La Justicia luego determinó que tampoco fuéramos a elecciones, pero ahí ya había asumido Dante Sica y nos citó en el Ministerio de Trabajo un miércoles y nos informó que el viernes siguiente no se iban a hacer las elecciones».
Según el candidato opositor, en Trabajo les dijeron a él y a Cavalieri que «nadie va a ganar las elecciones en un escritorio y que no se iban a hacer las elecciones».
«Cavalieri desobedeció lo que dijo la Justicia y el Ministerio de Trabajo y de un día para el otro convocó a elecciones y a nosotros no nos quedó más remedio de tomar la decisión política de avisarle a los compañeros que íbamos a participar porque no íbamos a dejar que el metiera 20 mil votos y nosotros no íbamos a poder defender esa situación. Fuimos a elecciones sin padrones y de una manera irregular», explicó el gremialista.
En el recuento, de acuerdo con Muerza, su lista se impuso por 208 votos, pero a último momento «Cavalieri agregó tres urnas más y dijo que ganó por 300 votos. Hasta votaron compañeros que no son del Sindicato de Comercio».
«Vos no podes conducir un sindicato cuando la gente no te quiere acompañar», indicó.
«Seguramente esto se va a resolver con una decisión política. Si nosotros tenemos la seguridad de que se va a hacer una elección transparente, vamos a las urnas. Y si nos toca perder por un voto nos vamos, nos vamos a trabajar. Pero si ellos pierden, se van a tener que ir a la casa».
Además, Muerza denunció que la conducción contrató a unos 30 patovicas para «cuidar a Cavalieri y su gente».
«Nos dijeron que si caminábamos por los pisos (de la sede del sindicato) no nos iban a dejar pasar. Yo tuve que hablar con los trabajadores para que no entren en provocaciones. Yo no puedo permitir que un compañero vaya golpeado a su casa».