Desconcierto e indignación causó la información de que a partir del 1 de diciembre los 21 trabajadores de Ferrocarriles que quedaban en La Pampa ya no tendrán trabajo. Ferrobaires decidió despedirlos, aparentemente sin abonar indemnización alguna dada su condición de contratados.
Según da cuenta el diario local La Arena de Santa Rosa, la mayoría se desempeñaba desde 1994, y aunque quedaban muy pocos -17 en General Pico, 3 en Santa Rosa y 1 en Toay-, eran los que realizaban mínimas tareas en las estaciones.
En el caso de la capital provincial, uno de los operarios -el jefe de la estación- estaba a un año de la jubilación, con lo que esta medida lo deja inerme y en una situación que a los que tomaron la decisión no les importó en absoluto.
El pasado jueves, las autoridades de la empresa le comunicaron a un delegado que la decisión estaba tomada, Ferrobaires cerraba, y sus empleados pasaban al ámbito nacional, salvo los pampeanos, que directamente quedaban desvinculados por su condición de precarizados, es decir, la empresa no les renovaba el contrato, ni tampoco les paga indemnización alguna.