En una causa en la que se tramitaba el pedido de quiebra al Sindicato Unidos Portuarios Argentinos, Puerto Capital y Dock Sud (S.U.P.A) que comandaba Juan Corvalán, la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial ordenó «la cancelación de la personería gremial y de la inscripción gremial de la entidad».
Se trata de un fallo con escasos precedentes en el mundo sindical argentino que deja a los representados por la organización sin paraguas para negociar colectivamente sus derechos.
Corvalán, a pesar de manejar un férreo hermetismo y mantenerse alejado hace varios años de las arenas de la política gremial y partidaria, había saltado a la fama cuando en el marco de una protesta de su gremio, una patota arrojara desde un puente a un motociclista al que le faltaba una pierna.
En esa ocasión el líder del SUPA incluso admitió públicamente que contrató una patota y que fueron ellos los que atacaron al motociclista: “Tuvimos que traer gente porque teníamos una amenaza de una villa, la empresa los banca, y sabíamos que nos iban a venir a reprimir”, confesó.
El fallo también dispone «que el actual Ministerio de Producción y Trabajo, en su carácter de Autoridad de Aplicación, dentro de los noventa (90) días, tramite lo necesario a fin de proveer los medios para normalizar la representación gremial de los trabajadores Portuarios Argentinos, Puerto Capital y Dock Sud de modo que permita y garantice el cabal y libre ejercicio delos derechos sindicales».
La quiebra de la organización de Corvalan llega después de que se comprobara que el gremio desviaba sus ingresos a manos de una ONG, que incluso figuraba en los convenios firmados con las empresas, que está en manos de los mismos «dirigentes» portuarios.
Con los empleados sin paraguas gremial y con una actividad involucrada en un profundo cambio, se teme que desde el Ministerio de Transporte se promueva la creación de un sindicato a la medida. Es que no fueron pocas las veces en las que se hizo rodar la idea de modificar el convenio colectivo de trabajo de la actividad y este podría ser el contexto «ideal» para encararlo.