Como hace más de 20 años, el 25 de enero tendrá lugar el tradicional asado que Luis Barrionuevo organiza en el hotel Sasso de Mar del Plata: un clásico de la vida sindical cegetista que suele reflejar la relación de fuerzas interna en Azopardo. Todo sazonado con el entramado político por tratarse de un año electoral en el que el sindicalismo espera colar dirigentes en las listas de un PJ que aún está en bambalinas y que debate estrategias.
Quien no recibirá invitación, según consignó Clarín, es el camionero Hugo Moyano. Mientras hace 12 meses el gastronómico festejaba la presencia de Moyano en el mitin, este año ese lugar en la mesa quedará vacío.
«El gran ausente será Hugo Moyano ya que el está compartiendo con otros sectores y las dos CTA un armado en el que la CGT no tiene nada que ver», justificó Barrionuevo en declaraciones al mismo diario.
En el último año la corta alianza entre «Bandeja» y el «Negro» estalló. Mientras uno se acercó al Gobierno y apostó por la construcción de una alternativa pejotista que aparte al kirchnerismo, el otro optó por salir de la CGT, el armado del Frente Sindical con dirigentes como Hugo Yasky y Sergio Palazzo, el acercamiento a las CTA y hasta una alianza estratégica con el kirchnerismo.
Sin el moyanismo, el asado de «Bandeja» este año tendrá un tinte político mayor: se giraron invitaciones al politólogo peronista Julio Bárbaro y al economista Aldo Pignanelli, para disertar sobre política y economía. Dos de quienes acompañaron la efímera intervención pejotista.
Un dato: el año pasado habían concurrido los secretarios generales de la CGT, el barrionuevista Carlos Acuña; y Juan Carlos Schmid; quien renunció a la central obrera para fines de septiembre. ¿Irá Héctor Daer? Incógnita: el dirigente de Sanidad no quiso responder qué hará.
El asado también sirve para que los dirigentes crucen información respecto a cada uno de los sectores que representan; más teniendo en cuenta que aún hay discusiones paritarias pendientes de 2018.