Las elecciones de Junta Interna y Cuerpo de Delegados de ATE en INTI dieron un batacazo a fines de año pasado. Es que tras un año en el que hubo más de 200 cesantías en el organismo, Francisco Dollman, quien era secretario General en el organismo hace 21 años, cayó derrotado ante la lista Naranja.
La caída de Dollman anticipó en parte la pelea que viene por conducir el gremio de estatales y fue bien vista desde ATE Capital, encolumnada con la lista Verde y Blanca y enfrentada con el histórico dirigente del Instituto que es un exponente de la lista Verde.
De hecho la seccional porteña conducida por Daniel “Tanito” Catalano, a pesar de algunos votos observados que podrían torcer el rumbo de unos comicios cerrados, proclamaron a la Lista Naranja como vencedora y enviaron el acta correspondiente.
Sin embargo la elección se judicializó y Dolman busca algún guiño de la conducción nacional de ATE para sobrevivir en su cargo.
Mientras tanto, el dirigente que enfrenta acusaciones de “defraudación a la administración pública” por supuestas irregularidades en manejo de dinero que vinculan a la mutual del INTI, trata de mantener los privilegios.
De hecho en las últimas horas cursó una nota a Javier Ibañez, presidente del organismo, para informarle que quienes harán uso de las licencias gremiales son, además de él, Soledad Pozzuto, Francisco Agustín Dolman y Erika Dolman. Estamos hablando de su esposa y sus hijos.
El gesto terminó de causar malestar entre los empleados del organismo, que en las urnas ya mostraron su cansancio con esas prácticas del dirigente.