Desde el CETyD enumeraron de hecho las principales causas por las que cae el empleo y remarcaron las variables que están generando la parálisis de la producción y el consumo.
«Las empresas no contratan nuevos trabajadores, ni siquiera para compensar renuncias o jubilaciones», manifestaron desde el CETyD.
Las contrataciones fueron paralizadas y, de hecho, en noviembre de 2018 fueron inferiores a las de noviembre de 2001 y 2002, remarcaron.
Sin embargo hay otros datos por demás alarmantes. El poder adquisitivo del salario de los trabajadores registrados del sector privado tuvo la mayor caída desde 2002.
Como resultado, el salario real de noviembre de 2018 fue el más bajo de los últimos 8 años.
En consonancia con lo que está sucediendo en la industria textil y en los diferentes rubros, el instituto de la UNSAM remarcó que «la mayoría de los sectores pierde empleo». Sin embargo la destrucción se concentra en Industria con 47% del total; Comercio con 25%; y Construcción con 18%.
«Así, se acelera la desindustrialización iniciada a fines de 2015», aseguran desde la UNSAM. Es que desde entonces se perdió el 10% del empleo asalariado formal.
La principal razón de la contracción es la destrucción de empleos de calidad, es decir asalariados registrados en empresas privadas, modalidad laboral que asegura derechos y los ingresos más elevados.
En 2018 se perdieron 133 mil empleos asalariados registrados privados, asegura el informe del CETyD.
De hecho entre enero y noviembre 196 mil trabajadores registrados perdieron sus puestos.