La mesa chica de la CGT se reunió hoy con la misión del FMI que está encarando una serie de encuentros con todo el arco opositor. En ese contexto, los representantes del organismo multilateral de crédito se encargaron de aclararle a los gremialistas que no son los impulsores de la reforma laboral, que el Gobierno amaga con impulsar desde hace tiempo.
«Nosotros no pedimos ninguna reforma laboral», explicó Roberto Cardarelli, el economista que lidera la misión y agregó: «Un mercado laboral demasiado rígido es malo y demasiado flexible también es malo».
Además Cardarelli remarcó que según su visión «Cualquier reforma estructural que se quiera llevar adelante, sea de la naturaleza que sea, es más viable en un marco de crecimiento económico».
En representación de la central obrera estuvieron presentes el anfitrión, Gerardo Martinez (Uocra), Héctor Daer (Sanidad), Andrés Rodriguez (UPCN), Enrique Salinas (UOM), Sebastián Maturano (La Fraternidad) y Julio Piumato (Judiciales).
Los gremialistas le plantearon su pronóstico de que el próximo gobierno, sea del signo político que sea, deberá renegociar los acuerdos firmados por Mauricio Macri porque son inviables.
Además le advirtieron que «esta latente una reacción sindical ante el grave cuadro de situación» y que no se vislumbran resultados positivos en materia de inflación, recuperación del salario, reactivación económica ni crecimiento.
Por último, le plantearon que no se oponen a la reducción del déficit fiscal pero no con este costo social e insistieron en la necesidad de que el Gobierno asegure los fondos de las obras sociales sindicales.