El peronismo bonaerense está en plena ebullición. El impacto de las políticas económicas de Mauricio Macri tienen a todos alarmados y el reclamo unánime es conseguir la mayor unidad posible para que termine la gestión Cambiemos en octubre.
En ese contexto, y aprovechando el clima asambleario y de brazos abiertos del PJ, desde Uruguay el detenido Marcelo Balcedo comenzó a mover sus fichas. Es que la idea del sindicalista empresario, que ya se animó a promocionar una potencial vuelta con gloria desde la TV uruguaya, es ubicar gente de su confianza que pueda garantizarle protección en el futuro cercano.
Por ello envió a Susana Mariño, quien fuera su secretaria Adjunta en el SOEME, para que se sume a los «equipos técnicos» del PJ. Esos conjuntos se presentarán formalmente el mes próximo en la provincia de Buenos Aires y serán los encargados de gestar un programa de gobierno.
Mariño es un alfil de Balcedo y está investigada por la justicia por desviar más de 7 millones de pesos del gremio en el período que va desde la detención del ex secretario General a la definitiva intervención de la organización sindical.
Además el juez la descubrió tratando de ingresar a las instalaciones del gremio, cuando ya estaba clausurado, para llevarse documentación sensible para el posterior peritaje contable. El objetivo era destruir prueba documental de lo que había ocurrido bajo la conducción que ella integraba.
La semana pasada la escurridiza Mariño estuvo junto a la lista Verde y Blanca Nuevo SOEME. En una chacra, la dirigente se mostró con la nómina que buscará recuperar el gremio para ponerlo al servicio de Balcedo en los comicios de normalización del sindicato. De hecho, es de público conocimiento que el financiamiento de esa campaña se sostiene con fondos que fluyen desde Uruguay.
En el pasado Mariño ya había representado a Balcedo en las arenas de la política. Hace unos años fue ubicada por el dirigente gremial como candidata a diputada provincial por la octava sección electoral, habiendo vivido en La Plata sólo dos años.