El fiscal federal Gerardo Pollicita pidió la indagatoria del sindicalista Omar “Caballo” Suárez, titular del Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU) por una causa que lo investiga, en el fondo, por extorsión a empresarios del sector.
El Caballo Suárez está imputado por los delitos de entorpecimiento del transporte (frenó buques del sector energético sin razón aparente) y puesta en peligro de la seguridad de una nave. Pero detrás de la imputación se esconde una supuesta maniobra de extorsión a empresarios.
El fiscal también pidió al juez Rodolfo Canicoba Corral que indagara a Jorge Agustín Vargas y Rigoberto Suárez Cardozo, autoridades del gremio. Vargas y Rigoberto Suárez irán a declarar el 16 de octubre, mientras que Suárez se presentará en los tribunales el 30 de octubre.
Vargas fue aliado del «Caballo» hasta hace semanas y estaba perfilado para ser su sucesor, con el aval de Suárez, a quien le recomendó que se abocara a su situación procesal.
Hace quince días, en una pelea con Suarez, Vargas terminó con un puntazo con un estilete mientras saldaban a los golpes el destino del gremio. El episodio determinó que en marzo Vargas y Suarez competirán por quedarse con el SOMU.
Según el matutino Perfil en la causa que investiga a Suarez las empresas denunciantes, lo acusan de extorsionarlas ante la negativa de “contribuir” con dinero para supuestas campañas de capacitación de los afiliados del SOMU.
Cuando se negaron a acceder a los pedidos del «Caballo» sus empresas fueron bloqueadas o sufrieron medidas de fuerza. De acuerdo al pedido de indagatoria, el dinero obtenido no sería destinado a la capacitación. Ingresaría a la Fundación Azul del gremio y luego sería “desviado” a la empresa Marítima San Jorge, manejada por Suarez y el resto de los imputados.
Suárez pasó por todo el esquema de alianzas sindicales. Estuvo con Luis Barrionuevo y dejó sus filas para aliarse con Hugo Moyano. Así consiguió una llegada íntima al poder y cuando Moyano rompió con el Gobierno, migró a la CGT oficial.
El «Caballo» es conocido por sus métodos violentos y sus constantes aprietes. En pleno camino ascendente algunos se animaron a llamarlo «El Moyano del mar».
Suarez aumentó su poder, y sus negocios, cuando el SOMU se quedó con la única empresa naviera argentina, Maruba, que tenía deudas por US$ 50 millones.
Suárez está vinculado también a supuestos negocio de contenedores en el Puerto de Buenos Aires y del transporte de combustibles líquidos.
Pollicita enumeró en un escrito la situación denunciada en cinco buques entre abril de 2012 y fines de 2013. Los denunciantes son la Cámara de Armadores de Lanchas de Prácticos y las empresas Vessel SA y National Shipping.