El pasado miércoles 20 de febrero murió Daniel Alejandro Fernández, de 37 años de edad, mientras desarrollaba tareas para la empresa FATE, contratado a través de la tercerizada IMANT.
Según explicaron los compañeros del operarios fallecido en la firma que en los últimos días ocupó las primeras planas de los diarios por el pedido de un procedimiento preventivo de crisis, Daniel estaba trabajando con una sensación térmica de 38 grados centígrados, que dentro de FATE era de varios grados, y con instalaciones que no habilitan a hidratarse correctamente.
Según el comunicado que publicó Indymedia, la empresa «oculta el hecho de que el compañero estaba trabajando con un martillo neumático rompiendo un piso» y «estaba expuesto a un gran estrés térmico combinado con un gran esfuerzo físico.
«¿Quién estaba encargado de las condiciones de trabajo del compañero y de todos los tercerizados?» se preguntan desde la lista roja de obreros del neumático.
Además exponen que en la puerta del departamento medico de fábrica está colocado un cartel que reza: “Salvo por casos de emergencias, el servicio médico de FATE, no atenderá pacientes que pertenezcan a contratistas”.