El salario mínimo vital y móvil medido en términos reales registró una caída del 21% interanual en febrero, estimó el centro de estudios CETyD. Se trata de una destrucción salarial que demuestra que la actualización laudada por el Gobierno quedó muy por detrás de la inflación.
El comportamiento del SMVyM inició un derrape ininterrumpido hace un año y ya en junio mostraba un retroceso en torno al 10%, señala BAE Negocios.
Sin embargo, con la agudización de la corrida cambiaria y la devaluación, la pérdida del terreno frente a la inflación fue al alza hasta llegar a más de un quinto el mes pasado, al comparar con un índice de precios que según el Indec fue del 51,3% en comparación al mismo período de 2018.
Ante ese escenario, el Gobierno adelantó para marzo el alza en el salario mínimo que originalmente estaba pautada para junio, para llevarlo a $12.500 en lugar de los $11.900 a los que iba a avanzar en el esquema inicial, desde los $11.300 previos.
«Fue una caída brutal pero seguramente se modere el mes que viene», le dijo a BAE Negocios Matías Maito, del CETyD, institución que depende de la Universidad Nacional de San Martín.