Debido al derrumbe de los salarios en dólares y, aunque en menor medida, por la variación en los precios de los inmuebles, el índice que mide la relación entre el salario real en términos del poder de compra del metro cuadrado de un inmueble siguió deteriorándose.
Según un reciente informe de la Universidad Argentina de la Empresa (UADE) el Índice de Salario Real en función del valor del M2 (ISRV) se redujo, en septiembre, un -9.9% interanual para el caso de viviendas nuevas, señala Clarín.
Esta caída fue resultado de una menor remuneración promedio en dólares de los trabajadores registrados del sector privado (- 7.8% interanual), y un aumento del índice de valor del m2 (2.4% en el mismo lapso).
El comportamiento de estas variables implicó que durante el mes de referencia el salario haya podido comprar el 19,7% de un M2 en la zona norte de la Ciudad de Buenos Aires, proporción inferior a la registrada en igual mes de 2018 cuando alcanzó al 22%.
Para el caso de las viviendas usadas, el indice mostró un descenso interanual de 4,1%. En este caso, el salario permitió adquirir el 24% de un M2 de vivienda, proporción inferior al 25% registrado en septiembre del año pasado, según la institución.
«Así como hace un año, el salario real permitía comprar un cuarto de metro cuadrado de un inmueble, hoy se puede comprar menos del 20%», resume Fausto Spotorno, economista a cargo del estudio. Y recuerda que, según sus indicadores, en los años ’90, el mismo sueldo permitía comprar un m2.
El estudio del Instituto de Economía de la UADE tuvo en cuenta los precios publicados de oferta de los departamentos en dólares en la Ciudad de Buenos Aires. Dentro de la muestra seleccionada, se vio una tendencia a la baja de los precios en dólares.
«Si bien, sabemos que hoy existe una negociación más fuerte todavía entre los vendedores y compradores», dice Spotorno, refiriéndose a las «contraofertas» que hacen los compradores e implican rebajas de hasta el 20% del valor del inmueble. «Pero igual, aunque los precios hayan bajado más, la caída del salario en dólares fue suficiente para seguir deteriorando el índice de acceso a la vivienda, señaló.