Los legisladores porteños le dieron al sindicalista kirchnerista Omar Viviani motivos para celebrar. Modificaron ayer el Código de Tránsito y Transporte para regular la actividad de los choferes de taxis que circulan por la Ciudad de Buenos Aires a partir de la obligatoriedad de que la totalidad de los conductores que no sean titulares de licencia deberán trabajar en calidad de relación de dependencia.
La iniciativa, presentada por la diputada Claudio Palmeyro integrante del bloque Sindical Peronista, obtuvo 54 votos a favor y una abstención del legislador del Frente de Izquierda Marcelo Ramal.
La norma establece la incorporación del concepto legal de “conductor de taxi” a quien maneja el vehículo, pero que además sea miembro de una sociedad comercial que explota ese servicio. En la actualidad, el Código exceptuaba de la relación de dependencia a los choferes integrantes de la sociedad titular de la explotación que debían ser autónomos.
De hecho, el pasado 29 de septiembre los taxistas independientes se enfrentaron a plena luz del día a piedrazos y trompadas con las filas de Omar Viviani, el titular del Sindicato de Peones de Taxi.
Los opositores al proyecto impulsado por Viviani agitaban el fantasma de la baja de la actividad y acusaban al sindicalista de buscar abultar su caja. Esta vez sin embargo no hubo disturbios.
Por otro lado, los promotores del proyecto sostienen que la modalidad de “peones de taxi se ha convertido en un mecanismo mediante el cual algunos empleadores titulares de licencia de taxi evaden el pago de los aportes y contribuciones, acudiendo a la formación de numerosas sociedades con el fin de poder burlar el aporte a la obra social y también al Sistema Único de Seguridad Social”