Ni la tradicional rivalidad del clásico porteño puede más que las históricas internas entre Armando Oriente Cavalieri y Hugo Antonio Moyano. Es que el líder mercantil, reconocido fanático de Huracán, movió sus fichas para dejar al caminero fuera de la operación de venta de Garbarino y posibilitó así la llegada de Carlos Rosales, protesorero de San Lorenzo.
Con la intervención de Cavalieri y los «problemas» que surgieron en las negociaciones se descartó la propuesta de Covelia, firma de recolección de residuos que tenía el respaldo de Moyano. Entonces los dueños de Garbarino firmaron un preacuerdo de venta con Carlos Rosales, protesorero de San Lorenzo y dueño de la aseguradora Prof.
La nueva propuesta cuenta, entonces, con el guiño del Sindicato de Empleados de Comercio al que pertenecen la mayoría de los 4.300 empleados de la cadena de electrodomésticos.
La propuesta de compra de la empresa tiene un plazo de 25 días y se concretará una vez que se realice el proceso de revisión de cuentas de la compañía (due diligence), «siempre y cuando no haya ninguna sorpresa con esos datos, especialmente pasivos ocultos», le dijeron a Clarín fuentes de la negociación.
La propuesta de Rosales incluye mantener abiertas los 246 locales a la calle de marca Garbarino y Compumundo, junto con la ensambladora de celulares en Tierra del Fuego, que trabaja para Samsung; así como el pago de los sueldos a los empleados, que este mes sólo cobraron el 30% de sus salarios.