El Sindicato Obreros Marítimos Unidos (SOMU) vive un verdadero hervidero. Es que su líder Omar «Caballo» Suarez enfrenta sus peores momentos acusado reiteradamente por sus opositores de irregularidades e, incluso, cuestionado por la justicia en distintas causas que lo investigan por presuntas extorsiones y entorpecimiento del transporte.
Mientras trata de enderezar a su tropa y de callar a los díscolos, los problemas de Suarez se multiplican. Hace sólo unos días un grupo de dirigentes opositores lo habían denunciado por miltarizar el sindicato y apartarlos de sus cargos sin motivo.
Además los dirigentes opositores consiguieron un amparo que los restituía en sus cargos y con un abogado constataron que el líder del SOMU no cumplía con lo determinado por la justicia.
La respuesta de «Caballo» Suarez no se hizo esperar. Entonces el miércoles convocó a un congreso de delegados del SOMU, en la Fundacion Azul, y en el mismo avanzó en el proceso de expulsión de una docena de afiliados y dirigentes díscolos.
Quienes enfrentan a «Caballo» entienden que la convocatoria de la reunión de expulsión no cumple con los requisitos estatutarios, por lo cual desde su punto de vista carece de validez.
Además, aprovecharon la oportunidad para denunciar un nuevo capítulo en la militarización del gremio. Es que el miércoles se lo vio sentado junto a Suarez al General del Ejercito Mario Gabriel Dotto, Jefe de la custodia personal y apuntado por los opositores como el encargado de militar el SOMU.
La figura de Dotto es polémica, porque además en septiembre de 2008 la revista Veintitrés difundió denuncias contra su persona por violacion a los derechos humanos durante la guerra de Malvinas.
“Dotto fue denunciado penalmente en los tribunales federales de Tierra del Fuego por 74 ex combatientes de las Islas Malvinas por una serie de hechos que constituyen crímenes de guerra y violación a los derechos humanos, de los que fueron víctimas combatientes -que entonces tenían 18 y 19 años- enrolados en las Fuerzas Armadas por el servicio militar obligatorio”, había denunciado Veintitrés.
La historia oscura del SOMU sigue acrecentándose a medida que pasan los días. Las decisiones administrativas todavía siguen esperando y la Justicia parece todavía no poder hacer pie en las tierras de «Caballo».
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