La vida interna del Sindicato Obreros Marítimos Unidos (SOMU) es cada vez más turbulenta. A las causas judiciales y citaciones que se suceden sobre su líder, Omar «Caballo» Suarez se suma una dura persecución contra los que se animan a oponerse al secretario general del gremio.
El pasado 5 de noviembre un Congreso Extraordinario del SOMU, con una formación por demás extraña, resolvió la expulsión de un conjunto de ocho dirigentes rebeldes, disciplinando a quienes se animen a plantarse frente a Suarez.
La decisión motivó que los castigados hagan una presentación en la justicia para impugnar lo actuado y ya está en manos del Juzgado Nacional de Primera Instancia del Trabajo N° 62 a cargo del Dr Miguel Omar Perez su resolución.
Los expulsados también judicializaron la elección de autoridades de la obra social, la ley de Marina Mercante, la ampliación de poderes especiales para el Secretario Tesorero, el adelanto de elecciones, el pedido de informes a las empresas en las que preside el secretario general y/o terceros. Denuncian que en todas estas decisiones hubo falsificaciones de firmas y hechos de violencia graves para su aprobación.
En este contexto, los dirigentes expulsados Rubén Moreira, Jorge Agustín Vargas, Luis José Clemente, Alejandro Giorgi, Antonio Cennamo, José Moreira, Jorge Alejandro Vargas y Juan Carlos Godoy, sostienen fruto de las arbitrariedades de Suarez se ha producido un vaciamiento de la organización sindical.
El vaciamiento del SOMU parece ser político, pero también económico. En los últimos días se conocieron detalles sobre un holding de empresas que el «Caballo» montó a partir de negocios vinculados al gremio.
La crecimiento de los negocios de Suárez se conocieron por una causa que lo investiga, junto con otros dos dirigentes del SOMU, por bloquear el ingreso de barcos al Puerto de Buenos Aires.
En la misma causa se avanza en paralelo con una presunta maniobra de extorsión a empresas navieras para que contribuyan económicamente con la fundación del gremio (Fundación Azul) y con una de las firmas del «Caballo» (San Jorge Marítima), a cambio de no sufrir contratiempos.