Los dos más poderosos sindicatos industriales del país, alineados en la CGT oficialista, coinciden en que recién después de las primarias abiertas de agosto de 2015 podrían iniciar “conversaciones” con los gremios moyanistas. E incluso advierten que no necesariamente se logrará la unidad.
La argumentación de los sindicalistas es que la división de la CGT no es ninguna excepción en la historia del movimiento obrero, sino más bien la norma. “Salvo cuando se enfrentó a Alfonsín, siempre hubo dos CGT. No debería ser motivo de alarma que sigan existiendo dos centrales sindicales”, advirtió el mismo Antonio Caló, Secretario General de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) y de la CGT oficialista.
En la misma línea, Oscar Romero, dirigente del Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor de la República Argentina (SMATA) y diputado nacional por el Frente para la Victoria, desdramatizó: “Es algo histórico que haya dos CGT”.
Mientras tanto, en las últimas semanas hubo conversaciones entre el moyanismo y otros gremios de la CGT oficialista, aunque no participaron dichos gremios, de peso decisivo. Por su cercanía con la Casa Rosada, ni SMATA ni la UOM fueron invitadas a esos encuentros. Lo cual le permitió relativizar esas gestiones a un dirigente metalúrgico: “¿Qué unidad sindical podría haber sin los gremios industriales? Sería pura cáscara”.
El mismo sindicalista, “un peso pesado que lidera una importante seccional de la UOM”, según la descripción de su confidente, el diario Clarín, propone una lectura del proceso de unidad según la cual quien busca la unidad es Hugo Moyano porque “no le queda nada de poder sindical y nos necesita a nosotros”. El dirigente se permitió rematar con una chicana: “Quedó demostrado que Moyano ya no puede ni convocar a un paro general. Lo único que le queda es ser dirigente de fútbol”.
Por la otra parte, desde la CGT de Caló, la apuesta parece redoblar su afinidad kirchnerista. “Nosotros estamos consustanciados con el modelo y reconocemos la conducción de la Presidenta, a quien acompañaremos hasta el último día de su mandato”, subrayó Romero. El mismo suena posible candidato de fórmula a la gobernación bonaerense de vice a Diego Bossio, el titular de la ANSeS.
La apuesta de la UOM, SMATA y otros gremios de la Confederación de Gremios Industriales, más el grupo que lidera el taxista Omar Viviani, tiene su fuerte en poder Legislativo. Esperan que el gobierno les recompense su lealtad con lugares en las listas de candidatos a legisladores. Así lo muestra el lamento del propio Caló, para quien “el movimiento obrero tiene muy pocos diputados”.
¿Entonces no cabe posibilidad para la unidad? Nada de eso. Un factor podría precipitar la reunificación de la CGT, reafirmando la máxima borgeana, no nos une el amor, sino el espanto. Que el próximo presidente no sea peronista. “Ahí sí vamos a terminar todos juntos como en la época de Alfonsín”, aseguraron los sindicalistas.