Tras la caravana de la intersindical del Grupo Molinos, la firma se niega a dialogar. Los sindicatos encaran asambleas para definir la continuidad de las protestas. Son más de 2 mil empleados que no pararon de trabajar a pesar de la pandemia.
Luego de una huelga en conjunto y de una caravana y bocinazo, la intersindical de trabajadores del Grupo Molinos analizará los pasos a seguir. Reclaman un bono de fin de año de 22 mil pesos y hasta el momento no obtuvieron respuestas.
«Hace varias semanas que venimos tratando de llegar a un acuerdo con la empresa pero solo encontramos negativas y destrato», explicó un comunicado conjunto de las comisiones internas de Pasteleros, Alimentación y Molineros.
«Nosotros somos de la cultura del diálogo y el trabajo, esa es nuestra matriz cultural, somos trabajadores, orgullosos de ser obreros y llevar con nuestro esfuerzo el pan a la mesa de nuestras familias. Pero ante esta actitud irracional de la empresa nos vemos obligados a seguir movilizados», agregaron.
«Somos trabajadores esenciales y durante esta pandemia le pusimos el hombro a la situación para que no haya desabastecimiento, garantizando que no haya alimentos para la mesa de cada familia Argentina», añadieron los delegados que representan casi 2 mil empleados.
«Nos expusimos al virus para garantizar esto e incluso muchos compañeros se infectaron y pasaron jornadas muy duras a causa del Covid-19, sin embargo en todo este periodo las empresas que pertenecen al Grupo Perez Companc no pararon de producir en ningún momento», concluyeron.
En la inédita estructura intersindical de la firma alimenticia están representadas las plantas de Matarazzo (Villa Adelina), Gallo (Concepción del Uruguay, Entre Ríos), Arlistán (Del Viso), La Salteña (Burzaco), Lucchetti (Tortuguitas) y los repositores de Molinos.