El secretario general de la UOM, Antonio Caló, habló antes de entrar a la reunión que tuvo la mesa chica de la CGT para debatir sobre la inminente reforma sobre el sistema de salud, del que todavía no se conoce alcance, dirección ni profundidad.
El dirigente metalúrgico prácticamente mandó a callar a la vicepresidenta Cristina Fernández, quien expresó en diciembre que «Tenemos que ir a un sistema nacional integrado de salud entre lo público, lo privado y las obras sociales que optimice recursos.»
La cúpula cegetista está al tanto del proyecto que se cocina en el Instituto Patria para reformar el sistema de salud con miras a hacerlo más eficiente y con mayor control estatal.
Apelando a que hubiera diferencias sobre el tema entre ella y Alberto Fernández, Caló expresó a los móviles televisivos: «Yo avalo a este presidente, a este gobierno. Una cosa es la vicepresidenta. Yo estoy de acuerdo con el presidente, las opiniones son distintas. El que manda, el que tiene el bastón de mando es el presidente y yo lo avalo; la señora vicepresidenta, (a la) que le tengo el mayor de los respetos, tendrá que hacer la función legislativa«, aseguró, con un tufillo machista difícil de pasar por alto.
Cuando le preguntaron por el posible regreso de Liliana Korenfeld, cercana a CFK, a la Superintendencia de Servicios de Salud, el metalúrgico dijo: «La señora de la que usted está hablando ya estuvo en la Superintendencia, y hemos trabajado, a mí no me preocupa quién esté, sino que funcione la Superintendencia».
Caló añadió: «Desde 1970 las obras sociales están manejadas por los gremios y hemos dado muestras. Damos salud a 17 millones de habitantes. El Gobierno nacional se tiene que preocupar por el desfinanciamiento que hay con las obras sociales en la medida que han aumentado los costos de la medicina y los aportes son siempre los mismos».