El empleo formal mostró signos de estabilización y recuperación desde agosto de 2020 debido a las políticas de sostenimiento de las fuentes de trabajo implementadas por el Gobierno, sostuvo un informe de la Universidad Nacional de San Martín (Unsam).
La caída de la actividad fue «considerablemente más pronunciada que la de los puestos de trabajo del sector formal» en el marco de un año en el que «la actividad económica contabilizó su octavo mes consecutivo de crecimiento», detalló la Unsam en un informe elaborado por el departamento de Capacitación y Estudio Sobre el Trabajo (Cetyd).
«La resiliencia demostrada por el empleo formal durante la pandemia contrasta notablemente con lo ocurrido con las inserciones más precarias y vulnerables, cuya caída fue mucho más pronunciada», explicaron sus autores.
El principal motivo que explica este comportamiento reside en «las políticas de sostenimiento del empleo implementadas por el Gobierno nacional», señalaron en referencia al Programa de Asistencia de Emergencia al Trabajo (ATP) y la prohibición de despidos, mencionadas entre otras medidas de contención.
«Lograron que la caída en el número de ocupados registrados que tuvo lugar en el momento más agudo de la crisis fuera similar a la atravesada por las economías más desarrolladas del planeta», señalaron al respecto.
Sin embargo, advirtieron que los ingresos de los trabajadores concluyeron el año «habiendo perdido el nivel recuperado entre diciembre de 2019 y febrero de 2020, interrumpido por la pandemia».
«Como consecuencia, en diciembre de 2020 el valor del salario real fue inferior en 1% al del diciembre de 2019», advirtió el informe.
Ante esto, el Cetyd consideró «necesario alcanzar una coordinación efectiva de precios y salarios para reducir gradualmente la inflación, y en simultáneo promover la recuperación de los ingresos para reactivar el consumo y la actividad».
En relación al trabajo informal y el cuentapropismo, sectores en los cuales no impactaron en forma directa las políticas de sostenimiento, el Cetyd concluyó que «tuvo una fuerte contracción durante el segundo trimestre, aunque en el tercero recuperó parte de lo perdido», debido en parte a la implementación de Ingreso Familiar de Emergencia (IFE).
El documento señaló que en enero la proporción de trabajadores suspendidos «continuó la tendencia a la baja, alcanzando al 1,8% de los trabajadores» y que las empresas que aplicaron suspensiones en el primer mes del año fueron el 10%, frente al 20% registrado seis meses atrás, en julio de 2020.
Por último, las contrataciones de personal de enero 2021 se ubicaron «en valores similares a los registrados antes de la pandemia» y los despidos se mantuvieron «en los valores más bajos desde 2005», fecha en que el Ministerio de Trabajo comenzó la medición.