La citación se da en el marco de una denuncia penal por coacción agravada e instigación al delito. «A las encargadas tenés que convencerlas, cogerlas, violarlas, manoseálas, hacé lo que quieras Luis, pero las minas tienen que salir renunciando», había pedido uno de los gerentes.
Empleadas de una empresa de limpieza habían denunciado maltrato, discriminación y misoginia perpetrados por un gerente. Como prueba se filtraron unos audios escandalosos en los que el ejecutivo recomienda hasta violaciones para obligarlas a renunciar.
«Yo necesito que cumplan la carga horaria. Poné a las mujeres a fregar con una mopa. No se les va a caer el útero ni la matriz por una rotativa, ponelas a laburar». «A las encargadas tenés que convencerlas, cogerlas, violarlas, manoseálas, hacé lo que quieras Luis, pero las minas tienen que salir renunciando». «¡Que se mueran en el servicio!», son algunas de las frases que se escuchan en los audios del gerente.
Además, el ejecutivo reclama constantemente que las empleadas trabajen las 8 horas y si se enferman, se lastiman o tienen un inconveniente «que queden afuera».
Ahora, en el marco de una denuncia penal por coacción agravada e instigación al delito, paralela a la denuncia laboral que encaró el grupo de Abogades en Cooperativa, fueron imputados los responsables y llamados a indagatoria.
Mari, una de las trabajadoras de JetLimp, una empresa de limpieza que brinda servicio al shopping Alto Palermo y a los supermercados Coto -entre otras compañías-, contó que trabaja ahí desde hace 10 años. Tiene artiritis y la enfermedad de Chagas. Cuando comenzó la cuarentena tenía mucho dolor en una rodilla y fue a una guardia. Allí le recomendaron que pida licencia porque es paciente de riesgo, presentó el certificado y la compañía le envió un telegrama diciendo que si no se presentaba, la iban a despedir con causa.
La empleada relató que el maltrato es constante. La gerente de recursos humanos manda audios burlándose si alguien tiene un accidente laboral. En los mensajes se escucha al gerente dar órdenes como: «Le decís que ella sale de ART de licencia y sabe que está afuera. ¡Ya decile! No sé cómo carajo hizo para golpearse con un tacho de basura la cabeza» o «Andá al kiosco, comprate una gotita y pegásela en la cabeza a la idiota esa».
Mari decidió demandar a la empresa por los sueldos impagos. Durante el aislamiento no pudo cobrar el IFE ni la asignación familiar porque la empresa no la dio de baja.