Lo confirmó Ana Castellani, secretaria de Gestión y Empleo Público de la Nación. Sostuvo que, junto con el trabajo remoto, «explorar semanas laborales más cortas está en la agenda de discusión que se viene».
España se convirtió en los últimos días en noticia mundial al convertirse en uno de los primeros países en probar la semana laboral de cuatro días, luego que el gobierno acordara lanzar un modesto proyecto piloto para empresas interesadas en la idea.
Se trata de una iniciativa novedosa que apunta a eficientizar el tiempo y que, se cree, puede traer beneficios para la productividad de los trabajadores.
Consultada sobre la situación, Ana Castellani, secretaria de Gestión y Empleo Público de la Nación, aseguró que «La pandemia nos está poniendo a prueba en muchas sobre como concebir el trabajo».
En declaraciones al canal de noticias IP, la funcionaria, a cargo de las negociaciones de los salarios y de las condiciones de trabajo de los empleados públicos, remarcó que «El trabajo remoto y explorar semanas laborales más cortas está en la agenda de discusión que se viene para mejorar la productividad».
Los defensores de la medida creen que se trata de un medio para aumentar la productividad, mejorar la salud mental de los trabajadores y luchar contra el cambio climático. Pero es obvio que la propuesta ha adquirido una nueva importancia a medida que la pandemia agudiza los problemas en torno al bienestar, las complicaciones para el traslado, el agotamiento y el equilibrio entre la vida laboral y personal.
Por último, Castellani puso algunos reparos sobre el teletrabajo, pero ponderó el contexto en el que se masificó en la administración pública: «No creemos que el trabajo remoto sea una panacea, pero en este momento estamos obligados a hacerlo».