El 21 de marzo falleció un trabajador del subte de un cáncer fulminante producto de la exposición al asbesto. Su esposa reclama al Gobierno de la Ciudad y a Metrovías que se hagan responsables. Asegura que desde la empresa emiten comunicados falaces. «Me llama mucho la atención el silencio de los medios», disparó Carolina Castellano en Radio con Vos. A la fecha se cuentan 40 trabajadores del subte infectados.
Entre los años 2013 y 2015 Jorge Pacci trabajó en el sector de limpieza de los trenes modelo K-5000 que trajo el Gobierno de la Ciudad en el taller de Rancagua y el de Urquiza. En 2011, la gestión del entonces gobernador Mauricio Macri compró seis formaciones de segunda mano a España.
En 2019 el titular de Subterráneos de Buenos Aires (Sbase) Eduardo De Montmollin reconoció que la contaminación figuraba directamente en los manuales técnicos de los coches. La responsabilidad del Estado porteño y de Metrovías es innegable.
A Jorge Pacci le diagnosticaron en junio de 2020 mesotelioma pleural, un tipo de cáncer que afecta a los pulmones. Lamentablemente hace pocos días pasó a ser el segundo trabajador de Metrovías que fallece por exposición al asbesto contenido en las formaciones que trajo el macrismo. El primer fallecimiento sucedió hace más de un mes: un trabajador jubilado, que había estado expuesto a este material cancerígeno mientras estaba en actividad.
«Tendrá que ver la justicia si hubo negligencia o dolo, si alguien se quedó con algún vuelto o qué pasó, el tema es que mi marido aspiró asbesto en esos trenes», explica a Radio con Vos, Carolina Castellano, esposa de Jorge Pacci.
Cuando el sindicato empieza el reclamo vía judicial, la jueza pide un listado con todos los trabajadores y trabajadoras que estuvieron en contacto con esos trenes pero como Pacci ya no estaba en el sector de limpieza de los vagones porque lo habían ascendido, no fue tomado en cuenta.
«Era un tipo muy sano, deportista, no fumaba, nada. De un día para el otro yo le veo un bulto en el pecho derecho, me llamó la atención, me dijo que había estado haciendo pectorales. Cuando fuimos a la clínica nos dijeron que tenía líquido en la pleura, que era un cáncer agresivo. Tuvimos que operarlo y de la biopsia salió que tenía mesoteliona pleural, que es un cáncer que viene sólo por asbesto, incurable, intratable, inoperable. Le daban un año de vida. Tenemos tres hijos.», explicó Castellano.
«Lo agarraron tardísimo porque la empresa no actuó como debía, no lo protegió como trabajador. Nosotros declaramos la enfermedad profesional en la ART pero la empresa no se hizo cargo.» Tuvieron que ir a la Superintendencia, poner médico legista, hacer trámite tras trámite: «Todo por una enfermedad que nunca tendría que haber pasado.»
«La enfermedad es terrible, terrible. Yo creo que si la gente supiera lo que es morir por cáncer de asbesto, no viaja más en subte. Es un cáncer muy agresivo, incurable, no reacciona a la quimioterapia, no hace metástasis, se queda ahí, localmente.», detalló Castellano.
Y señala que la empresa se desentiende brutalmente de la muerte del trabajador y de la responsabilidad sobre su familia: «La muerte es porque se ahoga, le falta el aire, que es una las peores muertes que podés tener y que Metrovías ahora emita un comunicado y diga que desde el primer momento estuvo con la familia, que lamentan nuestro caso: ya pasaron quince días no me llamó nadie a mí, al menos para decirme «lo siento», que después diga que Recursos Humanos nos estuvo apoyando: jamás me llamó nadie de Recursos Humanos a mí.»
Hay al menos unos 40 trabajadores a los que se les detectaron problemas de salud provocados por el asbesto pero la infección recién empieza a mostrarse. En el caso de Pacci, fue fulminante, posiblemente por la exposición y las malas condiciones en las que trabajaba. Su esposa cuenta que el trabajador dejó una nota contando que no tenían ni acceso a agua para tomar.
«Estoy desgarrada, pero así como estoy desgarrada estoy fuerte para seguir la lucha por él. Quiero que se hagan responsables.», dispara Castellano.
«Me llama mucho la atención el silencio de los medios. Nadie levantó que hay un muerto por asbesto, cuánta gente viaja en el subte. Era una muerte totalmente evitable. Si no se hubieran comprado los trenes con asbesto, esta muerte no hubiera ocurrido. Si Metrovías lo hubiera controlado, lo habrían encontrado en una etapa anterior a la enfermedad y todavía lo tendría conmigo. Háganse responsables porque nos destruyeron a mí y a mí familia la vida.»