El líder de los petroleros patagónicos y secretario adjunto de la CGT Azopardo, Guillermo Pereyra, se volvió a convertir en un personaje clave en la sesión de ayer en la cámara de senadores. Es que ayudó al oficialismo ante la necesidad de juntar el quorum necesario para avanzar en dos temas claves: el proyecto impulsado por el kirchnerismo para la elección directa de los integrantes del Parlamento del Mercosur y el convenio con China para la llegada e inversiones.
Mientras las miradas se posaban en la llegada de algunos aliados al oficialismo, el dirigente sindical y senador por el Movimiento Popular Neuquino (MPN) se sentó en su banca para permitir el tratamiento de ambos temas.
No es la primera vez que Pereyra le hace gestos al Gobierno Nacional en temas sensibles en los que le cuesta alcanzar el número necesario de senadores. Ya le cedió su voto al oficialismo en el tratamiento del nuevo Código Procesal Penal lo que despertó la furia de su compañero cegetista Julio Piumato.
Es que los acercamientos de Pereyra a los distintos sectores políticos son constantes y mantiene buena relación con casi todos, incluso con el PRO de Mauricio Macri con quien tiene una relación más que cordial.
La votación del nuevo Código Procesal Penal lo enfrentó públicamente con Piumato quién lo acusó de votar contra los intereses de los trabajadores. Pero no es el único que desde la Azopardo mira con desconfianza al petrolero.
Los vaivenes políticos del secretario general del Sindicato del petróleo y gas privada de Río Negro Neuquén y La Pampa inquietan a varios. Es que Moyano lo eligió como hombre con un poder de fuego temible para que lo acompañe en su cruzada opositora y por ahora el petrolero logra tejer más alianzas que medidas de fuerza.