Este viernes renunciaron 51 médicos de los servicios de Clínica y Cardiología al Hospital Larcade de San Miguel. Con el desmantelamiento de estos servicios, el centro de salud municipal dejó de estar operativo y deberá evacuar a sus pacientes en plena pandemia.
El origen de la situación es el conflicto grave entre la intendencia municipal de Jaime Méndez (JxC) y los trabajadores profesionales y no profesionales que lleva ya más de cuatro meses.
Según informó la Federación Sindical de Profesionales de la Salud de la República Argentina (FESPROSA) «En el Hospital Larcade reina la precarización laboral, los salarios están un 40% por debajo de sus pares provinciales, y en los últimos 45 días se produjeron cesantías, desplazamientos arbitrarios de jefes de servicios y más de 50 sumarios promovidos por la intendencia para acallar el reclamo.»
En el mismo comunicado explicaron que todo el arco del movimiento obrero organizado intentó tender puentes con la dirigencia política de San Miguel, sin lograr ser escuchados: «Los trabajadores nucleados en la Asociación de Trabajadores Unidos del Hospital de San Miguel (ASTUHL) en la CICOP seccional Larcade con el apoyo de la Fesprosa y de todas las centrales sindicales de la zona (CGT-CTAT-CTAA) buscaron de manera infructuosa un diálogo con la intendencia y en una decisión dolorosa pero inevitable los servicios enteros de Clínica y Cardiología decidieron dejar el hospital.»
Los trabajadores apoyados por diversas organizaciones sindicales pelaron en una carta al gobernador bonaerense Axel Kicillof, a quien le pidieron la intervención de la Provincia en el área de Salud del Municipio de San Miguel en un intento desesperado por salvar la operatividad del hospital en plena pandemia.
«Más de 300.000 habitantes del municipio de San Miguel, que tiene un altísimo índice de pobreza e indigencia, y los municipios vecinos dejarán de contar con un referente sanitario en la región.», señalaron desde la Fesprosa.
La Federación solicitó «que los Ministerios de Salud de Nación y Provincia intervengan activamente para salvar el funcionamiento operativo del Hospital Larcade»
La Fesprosa destacó también que, además de la urgencia sanitaria actual, con el desmantelamiento se pierde un hospital formativo del que han salido unos 1200 profesionales médicos: «corre riesgo de desaparecer uno de los semilleros de médicos/as de la provincia de Buenos Aires.»
De continuar el destrato auguran más renuncias masivas en otros sectores tales como áreas quirúrgicas, licenciados en kinesiología y nutrición, y técnicos/as, muchos de ellos docentes de la UBA.