La Ciudad Autónoma de Buenos Aires, el distrito más rico de la Argentina y el que genera casi un cuarto del producto bruto interno del país, presenta en su planta de trabajadores estatales desigualdades palpables. Las condiciones laborales en las que los empleados desarrollan sus tareas nada tienen que ver con la riqueza generada ni con los millones recaudados por la ciudad anualmente.
Dentro del plantel total de trabajadores porteños, se encuentran aproximadamente 10 mil empleados que cumplen sus funciones bajo diferentes formas contractuales, habituales maniobras para producir fraude laboral. Esos 10 mil precarizados se reparten entre contratos de locación de obra, de locación de servicios y pasantías. Por supuesto que las tareas que se les otorgan no son eventuales, por lo que la situación contractual sólo se explica como reducción de «costos».
Ser contratado en la Ciudad de Buenos Aires implica percibir ingresos que en ocasiones están por debajo del Salario Mínimo Vital y Móvil. Los “contratados” de la CABA reciben salarios que se inscriben entre los 3 mil y 5 mil pesos. Hay pocas excepciones a esa realidad, y son los contratos que pueden conseguir los funcionarios para “su” personal, donde las cifras duplican los montos antes mencionados.
Esta situación es denunciada por los estatales. Alejandro Gianni, Secretario Pro Gremial de ATE Capital, comentó que “se viene reclamando al respecto” y agregó que “estas políticas no son casos aislados, se inscriben en la lógica más general de achique del estado que encaró el PRO desde que asumió el gobierno”.
El PRO parece seguir al pie de la letra las recetas de vaciamiento de políticas públicas e implementar el manual de estilo neoliberal. La lógica que sostiene la gestión macrista busca un estado que se achica, y virtualmente desaparece, y para esto son funcionales las figuras de contrataciones basuras que reducen costos laborales.
Desde ATE entienden que el vaciamiento de políticas públicas del PRO afectó notablemente a los sectores de Espacio público, Niñez y adolescencia, Medio Ambiente, Derechos Humanos, Trabajo, Educación y Salud. Todas áreas sociales sensibles y que necesitan atención especial.
La precariedad de empleo en el estado porteño es todavía más profunda. Ante la imposibilidad de contener los reclamos gremiales el gobierno se vio forzado en el último año a realizar pasajes a planta de contratados. Este movimiento abarcó a 17 mil trabajadores que dejaron de facturar y se los reconoció como empleados del gobierno porteño.
Sin embargo en ese momento no terminó el problema, Gianni explica que “la decisión del PRO fue ingresarlos compulsivamente al nivel más bajo del escalafón y quitarles el derecho a la carrera administrativa. La carrera administrativa es un derecho de todo trabajador público». Por lo tanto, en gran parte de los empleados de planta se extiende la decisión del macrismo de negar de derechos y cercenar las posibilidades de progreso.
Por el momento en el llamado a paritarias el macrismo no convocó a los representantes de ATE quienes, carta documento mediante, intimaron para iniciar el diálogo. En busca de una respuesta inmediata, hoy los estatales movilizarán a la Jefatura de Gabinete porteña y realizarán un acto público.
La intención de los gremialistas es que este año se incorporen a la mesa de negociación la totalidad de las condiciones laborales.