El conflicto en Garbarino escala y ahora trabajadores de Avellaneda y Lanús tomaron las sedes para protestar. Llevan tres meses de deuda de salarios con sus trabajadores que, además, siguen en la total incertidumbre sobre su futuro.
La cadena de electrodomésticos, Garbarino, ya cerró más de 10 locales desde que cambió de manos. Debe salarios y tiene al 30% de su planta de empleados suspendido. Además, desde el El Sindicato de Empleados de Comercio de Lanús y Avellaneda denunciaron que cierran sucursales sin aviso. Ante tanta incertidumbre, esta vez los mercantiles decidieron entrar a sus sucursales y tomarlas.
La empresa cerró más de diez sucursales en todo el país en lo que va del año, en el marco de un proceso de «reconversión» de la empresa, que incluiría la incorporación de nuevos socios o la venta.
Garbarino pasó en junio de 2020 de manos de la familia que le dio el nombre al empresario Carlos Rosales, presidente de la aseguradora PROF y protesorero del club San Lorenzo de Almagro. Ahora está en busca de nuevos socios o, incluso, de venta.
Cuando se hizo cargo la nueva gestión Garbarino tenía 4.500 empleados. En mayo ya había bajado abruptamente a unos 4.000.