El diputado de extracción sindical Hugo Yasky se refirió al debate candente del momento en materia laboral, la reducción de la jornada. Habló del proyecto que presentó el año pasado, surgido de las entrañas de la CTA, de los beneficios que traería y las cuestiones a tener en cuenta para que sea viable.
La Argentina tiene uno de los regímenes laborales más extensos, no sólo de la región sino del mundo y algunas voces, como la ministra de Trabajo bonaerense Mara Ruiz Malec expresan que es el momento para abrir el debate. Hugo Yasky, como secretario general y diputado nacional del bloque Frente de Todos, presentó en septiembre de 2020 un proyecto de ley para reducir la jornada laboral de 48 horas a 40 semanales.
“Es un debate que se empieza a instalar porque la realidad de la pandemia nos plantea la necesidad de pensar en alternativas que signifiquen menos horas de trabajo”, afirmó Yasky en diálogo con El Destape.
A partir de la crisis económica mundial que desató la pandemia y el aumento del desempleo y la informalidad, el debate sobre la reducción de la jornada laboral se extendió por el globo. Varios países comenzaron a estudiar e implementar modificaciones en la cantidad de horas legales que ocupa la jornada laboral.
Dentro de nuestra región, la semana pasada, Colombia confirmó que su jornada laboral pasa de 48 a 42 horas semanales sin afectar el salario de los trabajadores ni los derechos adquiridos.
Yasky explicó que una jornada semanal de cuatro días o menos horas por mes “requeriría acuerdos regionales, porque sino empezaríamos con la presión de los sectores que plantean la movilidad del capital y la búsqueda de las empresas de radicarse en otros países. En un momento era parte de la agenda pero después llegaron los cambios políticos hacia la derecha”.
El diputado consideró que es posible “llevar la jornada laboral al promedio que existe en la mayoría de los países de Europa y algunos de América Latina», como punto de partida para pensar en «una semana laboral de cuatro días, que sería el punto ideal”.
Según el secretario general de la CTA, se trata de arrojar transparencia sobre una realidad: “Nuestra propuesta está sustentada en hechos, no en interpretaciones. Hoy en la Argentina, a pesar de que la ley establece 48 horas, la jornada laboral efectiva es de 38. El Estado, los empresarios y las organizaciones sindicales no podemos mirar para el costado”, dijo Yasky.
En la CTA consideran que la medida permitiría formalizar miles de empleos, y Yasky agregó que, según estudios científicos como el de Islandia, hay “reducción de conflictos intralaborales, armonía en el marco del colectivo de trabajo, y también la reducción del nivel de estrés de los empleados”.
“Son países que tienen un nivel de alta tecnología y una utilización de la mano de obra mucho menos intensiva que la de nuestro país, donde la construcción sigue siendo un tipo de actividad que se sustenta en la explotación intensiva de la mano de obra”, reconoce el diputado.
“Los grupos empresarios prefieren explotar la mano de obra que ya tienen en planta y no incrementar los puestos de empleo”, acusó.
“Hay que discutir también la cantidad de horas extras. La dificultad ahí es que algunos sectores entraron en una lógica de autoexplotación, y muchas veces se choca con la necesidad que tiene el trabajador de incrementar sus ingresos trabajando más horas”, afirmó, y concluyó que la reducción de la jornada es un debate que se va a imponer por la urgencia de las demandas sociales.