El enfrentamiento fatal ocurrió ayer entre dos facciones de la UOCRA, en un obrador de Ribera 430, en la localidad bonaerense de Villa Fiorito, donde fueron heridos a tiros dos hombres, uno de ellos identificado como Darío Avalos de 40 años, quien murió poco después en una unidad sanitaria.
En las inmediaciones del obrador, la policía demoró a cuatro hombres que estaban a bordo de un Chevrolet Corsa, en el que llevaban gomeras, fierros y armas blancas.
Según contó a la prensa uno de los delegados de la UOCRA, Guillermo Santillián, el enfrentamiento se generó cuando él y un grupo de trabajadores fueron a la obra a pedir empleo. De acuerdo a la versión de Santillán, desde el interior de la obra los atacaron a tiros.
El enfrentamiento se produjo entre los hombres que estaban con Santillán y otro grupo que, según fuentes sindicales y policiales, pertenece a la facción liderada por el delegado de la seccional de la UOCRA de Lomas de Zamora, Walter Leguizamón.
Leguizamón acumula una gran cantidad de denuncias vinculadas con disputas por el control del territorio en el sur del conurbano. En Lomas de Zamora sobrevuelan sospechas respecto de dirigentes de la construcción que cobran sobornos en los edificios en obra a cambio de permitir trabajo en negro.
Con este último episodio, el gremio conducido a nivel nacional por Gerardo Martínez suma ocho atentados y situaciones violentas en los últimos tres meses.
En el anterior, en la madrugada del pasado jueves, desconocidos atacaron con una granada el domicilio de Humberto Monteros, Secretario General de la UOCRA seccional Bahía Blanca.
Entonces, todas las miradas apuntaron a Francisco “Chuqui” Gonzalez ex Secretario de Organización de la UOCRA Bahía Blanca y hombre vinculado al armado político de Sergio Massa.
El mismo Chuqui Gonzalez encabezó el intento de ocupación de la seccional, a fines de enero, en el que se constató la participación de barrabravas de Olimpo, la colaboración de Marcelo Gonzalez (tristemente célebre por haber formado parte de “los 12 apóstoles” que tomaron la cárcel de Sierra Chica) y la presencia de menores que encapuchados dispararon en más de 40 ocasiones.
Pero los casos de internas que se sanjan a los tiros ya no son inusuales en la historia reciente del gremio de la construcción.
El más recordado ocurrió el 17 de octubre de 2006, durante el traslado de los restos de Juan Domingo Perón a San Vicente: ahí, Juan “Pata” Medina, el hombre fuerte de la seccional platense de la UOCRA se enfrentó en una batalla campal con una columna de camioneros de Pablo Moyano.
UOCRA y Camioneros volvieron a enfrentarse en las afueras del estadio de Almagro, el 14 de mayo de 2008.
En abril de 2010, un delegado de la seccional local de la UOCRA de Zárate resultó herido de un balazo durante una refriega interna.
En diciembre de ese año, otra dura trifulca entre dos facciones del gremio se produjo durante un intento de copamiento de la sede de la seccional Bahía Blanca. Trece personas fueron detenidas.
En febrero del 2012, afiliados de la UOCRA atacaron a tiros y piedrazos en Lomas de Zamora a trabajadores de un gremio al que consideran rival, el Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Construcción (SITRAIC).
En abril, una patota de la UOCRA agredió con golpes, piedras y palos a docentes que protestaban a la vera de la ruta 40 cerca de la localidad de 28 de noviembre, en Santa Cruz.
Y el año pasado, un grupo de 15 personas, pertenecientes a la seccional conducida por Juan Pablo «Pata» Medina, golpeó a los jóvenes voluntarios, mayormente de La Cámpora, que brindaban ayuda por los inundaciones en una escuela de Tolosa.
La conducción de la UOCRA casi no alzó la voz respecto a este encadenado de violencia y corrupción. Tampoco se tomaron medidas preventivas ni sanciones, por lo que no parece haber solución en el corto plazo.