Luego de su sorpresiva quiebra del 31 de diciembre pasado, el esfuerzo de alumnos, familiares y principalmente docentes y empleados permitió que el ciclo lectivo comience normalmente, manteniendo todos los inscriptos. Lo hizo formalmente con un acto al que invitaron a funcionarios de distintas reparticiones. «Para nosotros será muy especial porque condensa todo lo que trabajamos hasta acá», dijo Javier Lamónica, el Presidente de la Cooperativa, que es además profesor de Historia.
Marcelo Dagnillo, padre de dos hijos que inician 1°y 7° grado afirmó: «Todo sigue igual, sólo que ahora se va a valorar más el lugar», aunque en la entrada se marca el cambio de un colegio de gestión privada con subsidio estatal a uno de gestión cooperativa con el nuevo estandarte: «Fundado en 1922/Refundado en 2014», además del cambio de nombre a Instituto Educativo Nuevo Guido Spano, y el agregado de la figura de dos pinos, símbolo internacional del cooperativismo, al logo de la institución.
La idea de la cooperativa cobró forma cuando docentes, no docentes y padres se reunieron con autoridades del Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES) que los asesoró sobre los pasos a seguir. El INAES les otorgó además un subsidio para reacondicionar el edificio; el gobierno porteño se comprometió a seguir subsidiando el 60% de los salarios y el Ministerio de Trabajo de la Nación les otorgó un subsidio por dos meses para empresas en crisis.
Tras la inauguración del año lectivo, la directora Alejandra Zanotti afirmó: «Gracias a los padres que apoyaron el proyecto y un montón de gente que nos ayudó con la formación de la cooperativa, acá estamos. Es increíble».
En el acto tampoco faltó la voz de los alumnos, como la del alumno de 5° año, Nicolás Savulsky, que sostuvo: «Estamos muy contentos y orgullosos de ser la primera camada en egresar del colegio como cooperativa».
El Guido Spano se convierte en una muestra de como el esfuerzo de una comunidad escolar puede responder a las visiones de la educación como un mero negocio.