La curtiembre Curtume CBR, que se encuentra en la localidad riojana de Nonogasta transita por una delicada situación, que va profundizándose con el paso de los meses. Los dueños brasileros prácticamente han abandonado la empresa. Los casi 800 trabajadores desde marzo del 2020 no están trabajando.
La curtiembre, que formó parte del grupo Yoma, logró abrir sus puertas con la empresa brasilera que no pudo sostener su producción de 5.500 cueros por día y solo apuntó a obtener un crédito por parte del gobierno provincial para que pudiera sostener las fuentes laborales. Los empleados que conocen de la crisis vivida en el 2005 cuando quebró la empresa Yoma, creen que están cerca de vivir algo similar.
El gremio viene alertando de esta situación por medio de Federico Salazar, Secretario general del Sindicato de Empleados Curtidores y Afines de La Rioja. “La falta de certeza, con la continuidad del trabajo de parte Gilmar Harth, responsable de la empresa nos preocupa”, sostuvo en una entrevista en medio local.
«La peor situación de la pandemia ya pasó pero no volvimos a la normalidad y esto nos preocupa porque las dos platas están totalmente paralizadas», resaltan desde el sector más duro del gremio que esperan se encuentre una solución desde el Gobierno Provincial que permita atravesar está situación, y que también se avance con una acción judicial que esclarezca lo que ellos vienen sosteniendo, acerca del posible “vaciamiento de la empresa” por parte de los empresarios brasileros.
“Percibimos que la empresa busca quebrar para dejar el país, y con ello empujar a las casi 800 familias de trabajadores a una crisis como la que ya se vivió en 2005 cuando quebró la ex Yoma”, manifestó Salazar.
Desde el gremio denunciaron que la empresa “se lleva los cueros crudos desde Buenos Aires a Brasil para procesarlos y exportarlos, imposibilitándonos de hacer nuestro trabajo. Vemos con más tristeza la falta de criterio histórica, en no darle valor agregado a nuestros cueros, invirtiendo en tecnología que nos permita crear productos con cuero, que garanticen trabajo, desarrollo y estabilidad para nuestras familias curtidoras”.
“Hicieron un negocio financiero con la empresa y se llevaron la rentabilidad de los 12 años; vieron que tenían que arremangarse y pasar los meses de pandemia, decidieron cerrar sin brindar ninguna explicación de nada; hoy 800 personas quedaron en la calle, tanto de la planta de Chilecito como de la de Avellaneda», subrayaron desde el sindicado, al tiempo que agregaron que «la curtiembre era el motor de la economía de Chilecito”.
La actitud de la provincia
El gobernador Ricardo Quintela el jueves pasado expresó su preocupación por la situación de los trabajadores y sus familias, y aseguró que “estamos abordando un acuerdo con algunos sectores del esquema productivo del país. Queremos mandarles un mensaje esperanzador a los trabajadores de la curtiembre”, manifestó el mandatario provincial.
Esa línea, el ministro de Trabajo, Empleo e Industria provincial, Federico Bazán detalló: “Esperamos que en el corto plazo se puedan dar resultados importantes. Hemos avanzado mucho y tenemos expectativas positivas de que se avanzar”.
“Es una situación compleja en la que venimos trabajando desde el primer día. No sólo en el acompañamiento que hace el gobierno provincial a los trabajadores, para no desampararlos. Nosotros priorizamos la gente y las fuentes de trabajo”, agregó Bazán.