La exsecretaria de Salud Laboral y Medio Ambiente de la CGT, Sandra Maiorana, denunció que en el año 2018 fue desplazada del consejo directivo de la central tras haber sido presionada por la conducción del gremio médico del que forma parte. Según su acusación, su salida estuvo signada por violencia de género.
Sandra Maiorana amplió hace unos días los términos de su acusación por violencia de género, persecución y hostigamiento contra cuatro gremialistas de la seccional Santa Fe de la Asociación de Médicos de la República Argentina (AMRA), en la que ella misma tiene responsabilidades como dirigente.
Su denuncia se formalizó por escrito el miércoles 11 de agosto ante el Inadi y el Ministerio de Trabajo, y se conoció en medio del inicio del debate para reformar el estatuto de la CGT con el objetivo de ampliar la participación de la mujer en la conducción colegiada de la central, lo que para el sindicalismo implica la posibilidad de un cambio histórico.
Maiorana es médica pediátrica y emergentóloga, integra la regional Santa Fe de AMRA, a nivel nacional es secretaria adjunta del gremio, y en su denuncia por violencia de género, persecución y hostigamiento apuntó contra los gremialistas de la seccional Santa Fe Eduardo Taboada, Néstor Rossi, Pablo Crispo y Daniel Verseci.
A esos cuatro dirigentes de su propio sindicato, Maiorana los denunció por «misoginia, agresiones verbales y denostación» el 11 de agosto, mientras que el jueves 12 de agosto decidió ampliar las imputaciones y entonces incluyó además al titular del gremio a nivel nacional, Erick Mendoza Díaz.
De hecho en su momento fue el propio Mendoza Díaz el que firmó la carta con la que Maiorana dejó su lugar en la conducción de la central obrera.
«Por no compartir las posiciones de esos dirigentes provinciales, fui víctima de violencia verbal y persecución, mentiras, reproches, menosprecio, subestimación y trato irrespetuoso y abusivo, y de tergiversaciones, lo que fue denunciado», manifestó la gremialista en declaraciones a la Agencia Telam.
Las denuncias de Maiorana fueron difundidas en el consejo directivo de la CGT a través de la secretaria de Género e Igualdad de Oportunidades, Noemí Ruiz, y le añadieron un aire de urgencia al anunciado debate sobre la ampliación del cupo sindical femenino, que se tratará el 22 de septiembre en la próxima reunión del Comité Central Confederal (CCC).
Maiorana explicó que el 19 de marzo, en una reunión de comisión directiva de la filial santafesina de AMRA, «los ahora denunciados pretendieron que aceptara negociaciones realizadas por Taboada y Crispo con el gremio nacional para armar una lista de renovación de autoridades que encabezaría uno de ellos, con la condición de apartarme a un lugar secundario».
Sin embargo, relató la gremialista, «ocho compañeros me apoyaron y de manera unánime se desconocieron esas gestiones a espaldas del conjunto».
Maiorana afirmó que el 7 de junio, en un nueva reunión de comisión directiva de AMRA Santa Fe, recibió respaldo de la mayoría para encabezar la lista electoral pero ese apoyo derivó en «más agresiones y violencia gestual y verbal por parte de los denunciados».
«No conformes con eso, los cuatro realizaron una presentación al gremio nacional, totalmente misógina y persecutoria, lo que motivó un nuevo encuentro en la seccional Santa Fe el 30 de junio, en el que fui agraviada, denostada e injuriada por ellos y varios más durante tres horas, con la intención de que me sometiera a sus decisiones», denunció.
Sobre este último episodio, amplió: «Fue una real emboscada y no una reunión de comisión directiva».
Y luego añadió que el 4 de agosto los cuatro dirigentes de la seccional Santa Fe amenazaron con denunciarla y cuestionaron su cargo, como también el libre desenvolvimiento de la filial, al avalar una posible intervención nacional del sindicato.
En su escrito enviado a la cartera laboral, Maiorana le requirió al ministro Claudio Moroni «el pronto despacho favorable de la denuncia del 11 de agosto», y ante el Inadi acusó a los dirigentes del gremio médico en Santa Fe por «violencia de género, persecución, hostigamiento, menosprecio y obstrucción al desempeño del cargo».
En el caso de su acusación contra Mendoza Díaz, titular de AMRA a nivel nacional, la sindicalista lo denunció por desplazarla del consejo directivo de la CGT para ocupar él mismo ese cargo.
Esta situación, insistió Maiorana, implica un incumplimiento «de la ley 25674 (de cupo sindical femenino, sancionada en 2002), que rige desde hace 18 años y no se aplica, aunque figura en el estatuto de la central obrera en su artículo 47, porque no se puede continuar siendo simplemente un florero», reprochó.
«Si en el consejo directivo habrá un hombre que será titular de una secretaría y una mujer que será suplente, entonces la mujer será como un florero», advirtió.
En el caso de la denuncia contra Taboada, Rossi, Crispo y Verseci, Maiorana planteó que su objetivo es que la presentación contra los cuatro directivos del gremio santafesino derive en «su inhabilitación por tres años para ejercer cargos» y que el Inadi «haga pública su resolución final».
«Fui abusada como persona y a nivel psicológico y en manada», consideró la sindicalista, quien además dijo que está dispuesta a trabajar «en todos lados por la igualdad definitiva de género para que ello jamás se reitere».
Según Maiorana, su desplazamiento del consejo directivo de la CGT se debió a una «maniobra» de sus pares del sindicato santafesino, quienes plantearon como «excusa» la crítica por «no haber obtenido beneficios para el gremio, como convenios colectivos de trabajo con las obras sociales sindicales».
«Pero se trata de una tarea de difícil cumplimiento aun estando en la central. Mendoza Díaz, que ocupó mi lugar, tampoco lo logró. La conducción de la AMRA decidió presentar la renuncia a mi cargo, no a la CGT, como hicieron otros gremios. Figuro legalmente como integrante del consejo directivo, aunque otro (por Mendoza Díaz) decide en mi lugar», cuestionó.
«Nadie puede votar por mí en la CGT. Mendoza Díaz está cubierto y avalado por la conducción, pero legalmente figuro yo con voz y voto», advirtió.
Maiorana ocupó hasta el año 2018 la Secretaría de Salud y Medio Ambiente de la CGT, a la que llegó de la mano del secretario general de la Federación Nacional de Trabajadores de Camiones, Hugo Moyano.
La filial Santa Fe de AMRA es la más numerosa del país del sindicato médico, tiene 1.300 afiliados, personería gremial y convenio colectivo laboral, por lo que negocia paritarias.
Maiorana proviene de la ciudad de Rosario, al igual que el extriunviro de la CGT Juan Carlos Schmid, y en el gremio AMRA primero fue vocal suplente; luego secretaria gremial durante ocho años; luego titular de Acción Social, secretaria Gremial nacional y finalmente, desde hace cuatro años, secretaria adjunta.
Maiorana adelantó que redireccionará la denuncia interpuesta en la cartera laboral hacia la Secretaría de Políticas de Inclusión del ministerio, reveló que su presentación es «la primera de ese tipo que ingresó» al edificio de Leandro N. Alem al 600 y valoró que haya sido respaldada por muchas mujeres dirigentes de otros gremios.