El líder de los peones rurales, José Voytenco, selló un pacto de unidad con el sector de Pablo Ansaloni y abrochó el respaldo del 95% de los congresales. Acordaron auditar las cuentas y relanzar la gestión. En paralelo suspendieron a dos dirigentes a los que acusan de actuar «en favor» de los empresarios.
El secretario General del gremio de peones rurales UATRE, José Voytenco, selló este fin de semana un trato para avanzar en un proceso de unidad con el sector del diputado nacional Pablo Ansaloni y logró cerrar la grieta interna. Entre ambos pacificaron la organización y consiguieron el respaldo del 95% de los representantes de la entidad. Una mayoría absoluta.
«La Uatre volvió a manos de sus afiliados y la unidad ayudará a seguir peleando por los derechos de los peones rurales», sostuvieron.
El entendimiento de Voytenco con Ansaloni, implica una amnistía para los dirigentes sancionados y la contratación de una auditoría encargada a profesionales externos para dar cuenta del estado de situación de las entidades que dependen de la organización. Además para transparentar el reparto de fondos entre las seccionales.
Para formalizar institucionalmente lo acordado, el gremio convocó a un Congreso Nacional Extraordinario el próximo 20 de octubre. Allí, entre otros temas, se tratará la «Consolidación de la unidad interna» y el «Respaldo de la conducción del Secretario General José Voytenco». Se descuenta que tendrá una participación unánime.
En paralelo, se comenzó el proceso de sanciones para Jorge Dávalos y Juan Carlos Castro. Ambos dirigentes fueron suspendidos preventivamente por 45 días, a la espera de que el Congreso defina su situación.
Según comunicaron desde el gremio de peones rurales, la sospecha es que «ambos dirigentes realizan negocios poco claros con la organización».
Castro respondió a las sanciones con una carta documento que desde el gremio denunciaron como un mensaje «cuasi mafioso» y aclararon que tendrá derecho a defensa de su accionar en el próximo Congreso Nacional de Delegados.
El pacto de unidad entre Voytenco y Ansaloni, que contó con la mediación de las más altas esferas de la política nacional, permite relanzar la gestión del chaqueño y revitalizar la figura del gremialista justo en la previa de elección de nuevas autoridades de la CGT, donde el gremio tiene un peso específico potente y se puede convertir en un actor decisivo.
Por su parte, Ansaloni remarcó que «Desde el consejo directivo nos comprometemos a cumplir con las prestaciones de nuestra obra social, gestionar los mejores beneficios para todos los compañeros y compañeras a lo largo y ancho de nuestro país, como lo hemos realizado desde el primer día que asumimos esta gran responsabilidad».
«Seguiremos fortaleciendo la institucionalidad de nuestra organización y lucharemos por la unidad de todos los compañeros y compañeras que deseen trabajar para engrandecer nuestra casa, la casa de todos los trabajadores rurales, la UATRE-OSPRERA», concluyó.