El ministro de Desarrollo Social, Juan Zabaleta, aseguró que la mirada está puesta en «formalizar el trabajo de unos 6,4 millones de argentinos». Aseguró que se generaron 50 mil contratos laborales en apenas 2 meses con pequeñas y medianas empresas del agro.
Juan Zabaleta aseguró que el Gobierno espera generar unos «100 mil puestos de empleo en servicios, vinculados con la gastronomía y la hotelería en los próximos meses», a partir de convenios que se sellarán en breve con 7 Cámaras de esas áreas, que tendrán como protagonistas a «beneficiarios del plan Potenciar Trabajo, a cooperativas y a emprendedores».
«Esto se hace mirando la recuperación de la Argentina y hacia el 10 de diciembre del 2023, que es cuando termina el mandato del presidente Alberto Fernández y en un camino de salida de la pandemia de coronavirus con indicadores económicos de mejoría», remarcó en una entrevista con Télam.
La idea es que el llamado «monotributo inclusivo» -proyecto de ley que el Gobierno enviará al Congreso Nacional-, la profundización del programa «Compre Social» y la ampliación de créditos no bancarios del Instituto de Asociativismo y Economía Social (Inaes) motoricen la rueda de la mal llamada economía informal, que engloba a unos 6,4 millones de trabajadores, estimó Zabaleta.
«Esto tiene que impactar y derramar sobre aquellos que la han pasado y la pasan mal», enfatizó el intendente de Hurlingham en uso de licencia.
De hecho, el decreto firmado por el Presidente el lunes último con el objetivo de «convertir los planes sociales en empleo genuino en el sector privado», formalizó una «demanda creciente» que, según Zabaleta, empieza a advertirse en el sector rural, en de la construcción y en el área de servicios, ligados al turismo y la gastronomía.
Prueba de ello son -indicó el ministro- los 50 mil contratos temporales firmados en los últimos dos meses por pequeñas y medianas empresas agropecuarias para contar -para los meses de cosecha y por períodos de hasta 12 meses- con mayor cantidad de trabajadores, todos ellos inscriptos en el programa Potenciar Trabajo.
«Mejoran los ingresos, mejora la cosecha, mejora la economía regional y por último mejora la exportación», graficó Zabaleta para explicar el círculo virtuoso al que apuesta el Gobierno.
De igual manera, el segmento de la construcción superó los 370 mil puestos laborales en julio último, un nivel que lo ubicó por encima de los registros previos a la pandemia (expresa un crecimiento interanual superior al 20%), según un informe elaborado por la Dirección Nacional de Transparencia del Ministerio de Obras Públicas.
Tanto Desarrollo Social, como el Ministerio de Trabajo, enfocan hacia allí nuevos convenios para que el movimiento ascendente del sector redunde en más puestos laborales, algo que también «empieza a percibirse en el rubro textil», apuntó Zabaleta, quien encabeza un organigrama de conversaciones «sector por sector».
«El Estado mantiene su aporte de los 14.500 pesos del programa Potenciar Trabajo como salario base y el resto -para llegar al salario de convenio- lo ponen los productores, emprendedores, contratistas o empresarios», consignó y aseguró que «hay varios sectores de la economía que ya están pidiendo más mano de obra».
Opinó que es «necesario entender que la economía popular, el cooperativismo, el cuentapropismo, es un sistema que funciona muy bien» y que ahora será «beneficiado con el monotributo inclusivo», que permite al trabajador «empezar a hacer aportes recién al tercer año de su inscripción» y acceder a una jubilación y a una obra social, entre otras cuestiones.
«Tiene que ver con que 6,4 millones de argentinos y argentinas puedan entrar a la formalidad, a la registración y puedan nivelarse en el camino de la construcción del empleo genuino; se trata de que puedan facturar trabajadores populares de las ferias artesanales, músicos, cartoneros, todos, los 3 millones de inscriptos en el Renatep y los que no figuran en ningún lado», enfatizó Zabaleta.
Indicó que el «techo de facturación para esos trabajadores es de 64 mil pesos por mes», pero insistió que los aportes al sistema previsional arrancarán recién el tercer año de haberse inscripto.
En paralelo, Desarrollo Social dotará de mayor volumen al programa Banco de Herramientas, articulará con provincias y municipios unidades productivas vinculadas a la tecnología y a tareas de cuidado para jóvenes de 18 a 29 años y reforzará el proyecto Mi pieza, que otorga subsidios -de entre 100 mil a 240 mil pesos- a mujeres que viven en barrios populares para refacciones o ampliaciones de sus viviendas.
Previsto inicialmente para 30 mil beneficiarias -contó Zabaleta-, el programa debió ser ampliado porque tuvo una demanda inicial de 105 mil mujeres, de las cuales 35 mil ya participaron del primer sorteo para elegir las primeras obras de refacción en el barrio Papa Francisco, en Pontevedra.