(Por Luis Autalán @luisautalan / Fotografía Ariel Gaspardi) Referente de Curtidores y la Corriente Federal de los Trabajadores (CFT) Claudia Lazzaro espera ver concretada «en los hechos» la incorporación de la mujer en la CGT para ocupar espacios de decisión. Diferenció el feminismo nacional y popular respecto a las variantes liberales, marcó el pensamiento adelantado a su tiempo y vigente de Eva Perón y un liderazgo indiscutido de Cristina Fernández. El desafío de ir por nuevos derechos para los trabajadores y trabajadoras y mantener los obtenidos los expresó como consigna ineludible ante los efectos de la pandemia macrista y la Crisis del Coronavirus.
Ni siquiera los 90´s o el período 2015/2019 pudieron quitarle a la localidad bonaerense de Avellaneda sus calles fabriles con trabajadores y trabajadoras recorriendo la zona próxima al Riachuelo. Es el ámbito de la sede del Sindicato de Obrero Curtidores de la República Argentina, con localía a pleno por la tradición de ese rubro de actividad en la zona.
Pleno compromiso de esa organización para asistir al acto en homenaje a Néstor Kirchner de hombres y mujeres. Giribone casi al 800 el lugar para esta charla con Claudia Lazzaro, «a prima facie» de vocación sindicalista. Que antes del inicio formal y de su detalle sobre sus cargos y responsabilidades, acerca algunas precisiones sobre su «familia ensamblada», a la cual define en esos términos con alegría y una enorme sonrisa. Dos hijos de su primer matrimonio, Lautaro (22) y Camilo (20), fue madre a los 20 años un hecho tan crucial y juvenil a punto tal que su mamá tuvo que ir a firmar al sanatorio en ocasión del primer parto.
Desde la «construcción del amor» junto a su actual pareja y padre de 3 mujeres, «ensamblaron» ese núcleo ampliado de hijos e hijas con el cual ellos llegaron a esta relación que los une. Lazzaro asegura que construir el amor también se traslada al mundo sindical y la política, porque «están los que nos quieren confundir» en relación al presente del oficialismo pos PASO. Incluso esa convicción la milita desde la sonrisa para destacar que Marcelo Gallardo, el DT de River Plate es «el mejor de todos» y con ese sentimiento riverplatense también confiesa que hace tiempo que ella no juega al fútbol, un deporte que la apasiona.
Los condimentos en la previa a la entrevista dejan también puntos claros respecto a asumir que «muchas mujeres hemos tenido críticas para Cristina porque no llegamos a entender el momento histórico en el cual le tocó gobernar. Su grandeza se aprecia toda la dimensión imaginable en el momento que decide no encabezar la lista del Frente de Todos y proponer a un compañero». Y entre el desgrane para cuestiones de coyuntura una luz de alerta en cuanto a la agenda crucial. «A la única resistencia que el FMI le puede llegar a tener miedo es a los trabajadores y trabajadoras en las calles. De ahí que si las negociaciones que lleva el Gobierno con el Fondo no nos encuentra movilizadas y movilizados, bueno, el resultado de esas negociaciones no será el que nosotros y nosotras esperamos o queremos».
La hoja de ruta de cada jornada para Lazzaro abarca la secretaría de Género y Derechos Humanos en el Sindicato de Curtidores, ser referente entre las Mujeres Sindicalistas en la Corriente Federal (CFT) y también desempeñarse como la directora de Políticas de Equidad, Formación Laboral y Cuidados, en el Ministerio de las Mujeres, Políticas de Género y Diversidad Sexual de la provincia de Buenos Aires a cargo de otra sindicalista: Estela Díaz.
«Ya se comprobó en los 90′ que quitándole sus derechos a trabajadoras y trabajadores no se reactiva la economía»
Claudia Lazzaro
Primera pregunta entonces en la charla con InfoGremiales desde ese punto de partida:
-¿Dentro de su hiperactividad hay alguna pausa o descanso posible?
-Sí claro, soy peronista. Salvo que pase algo, los peronistas no trabajamos los domingos. (risas) El trabajo dignifica y mucho más si uno hace las cosas con amor. A veces cuando termina una jornada pienso: ¿por qué hice todo esto? Más allá de los dolores que desde hace años tengo en las cervicales y del cansancio, me respondo al instante esa pregunta: lo hago porque quiero dejarles un futuro mejor a mis hijos, y cuando digo «mís hijos» me refiero no sólo a los que nacieron de mi vientre y estoy convencida de que hay una forma para lograrlo.
Me hablaste de pausa y descanso, con el gobierno de Mauricio Macri perdí la posibilidad de un disfrute: ir a la cancha. Los martes y jueves incluso iba al club a hacer sociales. Lo perdí y fue el único espacio que no pude recuperar, quizás a veces el tiempo hay que organizarlo mucho mejor. Las funciones públicas demandan mucha atención y horas, y no olvidemos la pandemia claro.
-Para el «Ni una menos» o el debate de la ley de interrupción voluntaria del embarazo la grieta quedó a un costado por coincidencias varias. Recuerdo las intervenciones de Silvia Lospennato en Diputados. ¿Puede suceder lo mismo respecto a las mujeres sindicalistas?
-Ahí quiero hacer dos lecturas, mencionás el movimiento por el «Ni una menos» donde estuvo el acompañamiento de muchos varones, incluso en mi caso participé de la primera movilización con mi club de fútbol. Pero cuando hablamos del aborto debemos recordar que se trata de un derecho individual. Es una decisión de cada mujer la interrupción voluntaria del embarazo y por suerte tenemos una ley. Eso nos permitió salir del ostracismo de la clandestinidad.
Alberto Fernández, en su primer discurso como Presidente, habló de «los sótanos de la democracia», bueno las mujeres en muchos temas todavía estamos en esos sótanos…
-¿Todavía?
-Si, el patriarcado no se cayó con la ley para la interrupción voluntaria del embarazo. Nosotras estamos trabajando para derrumbarlo y con mucha fuerza. Ahora cuando vos hablás de la unidad de concepción y nombrás a Lospennato en aquel quiero decir que como el aborto es una decisión individual y no colectiva corresponde dividir qué feminismo queremos y cuál no queremos. Porque a Lospennato no le tembló el pulso para ir en contra de los derechos jubilatorios, de las moratorias de las compañeras trabajadoras amas de casa, y podría nombrar cada una de las medidas que tomó el gobierno de Mauricio Macri. Entonces corresponde decir que existe una cuestión ideológica sobre qué derechos peleamos las compañeras cuando nos reconocemos en el feminismo popular y qué derechos plantean las feministas liberales. Quienes estamos en los sindicatos peleamos por los derechos colectivos. Y aquí podemos volver a Eva Perón para ver la realidad efectiva en cuanto a lo que ella predicaba, eso era feminismo puro.
-¿Puede ampliar su interpretación?
-Eva dijo «se viene la revolución del feminismo» durante la gira Arco Iris (1947 recorrida por Europa donde la entonces Primera Dama se codea con los principales líderes de ese continente) y es la única ocasión en que lo cita en forma positiva. Ahora, si leemos «La Razón de mi Vida», vamos a encontrar las primeras huellas del feminismo popular. En el capítulo «La fábrica o el hogar» Eva plantea que la compañera que se queda al cuidado de sus hijos y en la gestión del hogar, deberían tener un salario como también reconoce que quizás no están dadas las condiciones -en ese momento histórico- para dar esa discusión la cual será necesario construir a futuro. Y cuando hoy tenemos el reconocimiento de la Nación para el aporte de las tareas de cuidado, ahí vemos su comprensión del feminismo popular, no sólo porque Eva lo dejó en la escritura sino en la sabiduría de las compañeras a las que les toca estar en la gestión hoy. Por lo tanto hay una notoria diferencia entre qué quiere el liberalismo y qué queremos las compañeras peronistas. Ni que hablar cuando entendemos que ser sindicalistas, feministas y peronistas va todo de la mano…
«Existe una cuestión ideológica sobre por qué derechos peleamos las compañeras cuando nos reconocemos en el feminismo popular y qué derechos plantean las feministas liberales. Porque quienes estamos en los sindicatos peleamos por los derechos colectivos»
-¿Cómo explicar entonces que algunos sindicalistas veneran a Eva Perón y al mismo tiempo admiten públicamente su recelo con Cristina por su condición de mujer?
-Veamos, Eva no ejerció el poder que otorga el voto popular, más allá de su indiscutible poder ante las masas. Todos la reconocen como «Guia Espiritual», como «Madre Espiritual», «La Abanderada de los Humildes». Ahora, ¿cuándo le reconocieron su carácter de sindicalista? Porque la compañera fue secretaria general del gremio de Radiodifusión. Estamos hablando de algo que nunca fue reivindicado desde la militancia sindical, como primera cuestión. Porque era mejor verla como la que estaba con los «cabecitas» o la que conseguía una máquina de coser para alguna mujer. ¿No se daban o dan cuenta que esa herramienta significaba autonomía económica para dicha mujer? Son cosas que aparecen con la lectura adecuada, que no sugen de primera mano. Porque a veces cuando leemos a Eva nos parece que sólo nos está indicando que tenemos que tener una familia, un hogar etc. Y nosotras lo que queremos es salir a la calle, plantar mi bandera, tener un buen trabajo. Cuando volvemos a leerla vemos que Eva en realidad lo decía con palabras de esa época.
-¿Aconseja leer a Eva Perón dentro del contexto?
-Exacto. Hace algunos años escribí un artículo sobre Eva y Cristina. Las dos cuestionadas por la oligarquía, a las dos les han hecho absolutamente de todo. Evita podría haber sido una excelente vicepresidenta y muchas cosas que le tocaron sufrir también las padeció Cristina que sí pudo ejercer el poder real por medio del voto popular, pero a quien también se la desgastó. La historia reconoce y dignifica a Eva y también lo hará con Cristina. Incluso más allá de que algún compañero en su momento haya dicho eso de que «debería llegar a presidente un trabajador», sin reconocer el trabajo de la compañera. Porque también entre los varones están atravesados por el patriarcado, por la historia cultural, y porque mamamos cultura. Yo misma me crié en una familia así. Cuando me veían jugando al fútbol o en el taller mecánico de mi papá, decían que era una machona. Lo que no sabían era que me quedaba con él para ayudarlo, terminar más rápido y así poder ir a la cancha juntos. Y aclaro que mi papá no era hincha de River como yo, él era de San Lorenzo. (risas)
-Prejuzgamientos y estigmas dinámicos, según pasan los años.
-Hay muchas cosas que están enquistadas sobre quién o quiénes tienen que ejercer el poder de conducción. Fijate que los liderazgos femeninos han sido siempre ocultados. Desde la primera huelga docente o la historia de María Bernabitti de Roldán, a la cual todavía nos cuesta decirle «María Bernabitti» sin el «de». Porque el que primero trascendió en la historia fue Cipriano Reyes, quién para proteger su vida, el 17 de Octubre de 1945 estaba escondido en un hogar de una localidad vecina a Berisso. María no, estuvo expuesta todo el tiempo y ¿cuántos años pasaron para reconocer a María Bernabitti como la primera delegada de toda Latinoamérica?
-¿Cómo explicaría el odio potente contra Eva y Cristina a cargo de mujeres?
-Es que nosotras fuimos atravesadas por la cultura machista. Hay dichos populares como «donde se juntan las mujeres hay kilombo»; «las mujeres no pueden trabajar juntas»; «si se juntan las mujeres hay puteríos» y otros tristemente célebres. Ahora, el acto de mayor unidad del Movimiento Obrero se dió desde las mujeres organizadas, con la mesa de las trabajadoras. Donde están las compañeras de la Economía Popular, las compañeras Amas de Casa y las trabajadoras formales. Y lo que hicimos simplemente es entender que somos todas laburantas. Cuando se dice «por qué una mujer critica a otra mujer» corresponde señalar que los hombres también se critican entre ellos. Lo que pasa es que es más fuerte apuntar a las mujeres, para ningunear el trabajo que hacemos. Y ojo, porque asumo que a las mujeres nos costó entender a Cristina como también entender por qué Eva escribió lo que escribió y eso sucede hasta que se comienzan a comprender los contextos históricos. Cristina es una compañera tan inteligente que despierta diferentes sentimientos.
«Cuando se dice ‘por qué una mujer critica a otra mujer’ corresponde señalar que los hombres también se critican entre ellos. Lo que pasa es que es más fuerte apuntar a las mujeres, para ningunear el trabajo que nosotras hacemos»
-Existen quienes idealizan el feminismo y también quienes afrontan la existencia de internas no exentas de egos como parte de la condición humana.
-Es que el poder es parte de la condición humana, hay que ponerlo en palabras. Porque caso contrario parece que las mujeres no queremos ejercerlo.
-Por ese camino también surgen dichos y mitos sobre todo hoy en el sindicalismo sobre «los inconvenientes del doble comando sindical».
-Claro, es que no hay temas para mujeres y temas para varones. Cuando la CGT planteó «la incorporación de las mujeres» y lo digo entre comillas porque lo que no se está cumpliendo allí es la ley del Cupo Femenino Sindical, una herramienta de participación para las mujeres que ya existía. En la elección anterior de la CGT hubo un grupo de compañeras autoconvocadas, pero organizadas y de los sindicatos, que arrojaron volantes donde decía «las mujeres no estamos». Hubo otras compañeras que también construyeron las herramientas para la participación, y ahora decimos que a lo largo de la historia de concretaron diferentes encuentros de mujeres y tenemos un espacio de discusión.
De hecho desde la Corriente Federal de los Trabajadores (CFT) lanzamos los encuentros nacionales de mujeres sindicalistas, algo que no había tenido lugar en toda la historia. Había de secretarías de género u otros de mujeres en sus respectivos sindicatos. Ahora, juntarse para armar una estrategia común, definir cuáles son los temas que nos interesan remarcar en la agenda, elaborar los documentos -que a veces pueden parecer extensos pero son los que marcan la historia- como también desarrollar herramientas de formación, como por ejemplo los cuadernillos para mujeres sindicalistas, bueno todo eso grafica cómo nos organizamos y movemos las mujeres. Y a la hora de los encuentros mixtos nosotras no estamos limitadas a discutir los temas de nuestra agenda, queremos discutir condiciones de trabajo, acceso a nuevos derechos, convenios colectivos y más. Lo que necesitamos instalar es que cuando se habla de la agenda de género parecería ser que el único es el femenino. Da la sensación de que sólo se cambió el nombre a lo que tradicionalmente han sido las secretarías de Mujer, Niñez y Familia, siempre con el rol de la mujer vinculado a los niños y el hogar, siempre vinculadas al tutelaje como para decir que nos cuidan.
Es ocasión para recordar que cuando se plantea que las condiciones insalubres y riesgos del trabajo son perjudiciales para las mujeres también lo son para los hombres, porque el único fin del trabajo es ser el organizador de la vida.
-No parece muy conforme con lo que resolvió la CGT sobre la modificación de secretarías.
-Todavía no vimos las reformas, si vos lo tenés documentado haceme llegar una copia. Porque ya presentamos una carta, con la firma de nuestro secretario general de la Federación Walter Correa, solicitando esa información. Cumplimos todos los pasos formales pidiendo el cumplimiento efectivo por el 30% del Cupo Femenino Sindical.
-De cara al Congreso en Parque Norte, ¿qué visualiza?
-El desafío no sólo apunta para ese 11 de noviembre, lo venimos analizando con todas nuestras compañeras, hay que seguir construyendo para tranversalizar los debates. Sin estar en la CGT logramos sacer proyectos en defensa de nuestras iniciativas y ganar debates complicados, imaginate lo que podremos hacer y lograr si somos parte de la CGT.
-Una pregunta común en este ciclo de entrevistas, sobre el inevitable consumo de sapos dentro de la actividad política y sindical. ¿Qué nos puede decir?
-El «Loco» Luis Brunatti sacó una convocatoria en los 90′, con otros firmantes, que proponía «Basta de sapos» donde se apuntaba a la reconstrucción del Movimiento Nacional Justicialista. Creo que en el medio de ese objetivo hay sapos pero no son los que se van a convertir en príncipes. Entonces corresponde trabajar por esa meta, reinvincando a nuestros cuatro líderes indiscutibles: Juan Domingo Perón, Néstor Kirchner, Eva Perón y Cristina Fernández.
«A la única resistencia que el FMI le puede llegar a tener miedo es a los trabajadores y trabajadoras en las calles. De ahí que si las negociaciones que lleva el Gobierno con el Fondo no nos encuentran movilizadas y movilizados, bueno, el resultado no será el que nosotros y nosotras esperamos o queremos»
-Hablando con un amigo y notable pensador, más que simpatizante del oficialismo, sobre este escenario pos PASO y un «Frente de Todos contra Todos» y no sin humor, me resumió que se trata en realidad «de una de las más nobles tradiciones del kirchnerismo»…
-Hubo un compañero que sostuvo alguna vez que cuando piensen que los peronistas nos estamos peleando en realidad nos estamos reproduciendo…
-¿Y qué se pone en juego en las próximas elecciones legislativas?
-La patria. Dos modelos de país, uno para seguir avanzando, para ir por más derechos, sostener y mejorar los que ya tenemos. Frente a eso hay un modelo de achique, de ajuste y precarización que es lo que proponen Juntos por el Cambio, Cambiemos o como se llamen ahora, porque quedó muy en claro que después de las PASO lo primero que hicieron fue meter un proyecto de ley para eliminar las indemnizaciones por despidos. Ya se comprobó en los 90′ que quitándole derechos a las trabajadoras y trabajadores no se reactiva la economía. Si ése es el objetivo hay que incrementar la producción que es lo que determina mayo empleo.
-Con la mano en su corazón el 14 de noviembre: ¿derrota digna o dar vuelta el resultado de las PASO, qué firmaría hoy?
-Soy peronista, no me voy a rendir.