“Este homenaje es mantener la transición del dolor que nos causó la muerte de un fiscal de la nación, el doctor Alberto Nisman, acompañando el sentimiento de la familia”, dijo Piumato, en un palco ubicado en la Plaza de Mayo, en Hipólito Irigoyen al 460, en la puerta de la Unidad Fiscal AMIA, que conducía el fallecido funcionario judicial.
Los fiscales Guillermo Marijuan, Carlos Stornelli, José María Campagnoli y Ricardo Sáenz habían ingresado a la Plaza de Mayo con la ayuda de los empujones de hombres de seguridad vestidos de negro y la leyenda “Marcha de Silencio”, y ante los reclamos de los manifestantes de que sean más cuidadosos.
“Que los fiscales afinen la columna si no pueden pasar, pero acá hay gente mayor”, se quejó vehemente una señora, mientras volaron algunos manotazos al aire, una escena que se repitió para que los fiscales subieran al improvisado palco y para su desconcentración.
“En respeto a su memoria le pedimos a los cientos de miles, a los cuales agradecemos su presencia en este día de homenaje a Alberto Nisman, le pedimos un minuto de silencio”, dijo Piumato, mientras sus seguidores impulsaron que los manifestantes cantaran “Nunca Más, Nunca Más”.
Una vez finalizado el minuto de silencio, las personas que marcharon desde la Plaza Lorea, cantaron el Himno Nacional, Piumato levantó el brazo e hizo la “V” de la victoria, y luego pidió a los manifestantes que se desconcentraran en paz.
Sin embargo, más allá de garantizar desde la CGT Azopardo la logística, la seguridad, con camionetas y personal a cargo, Judiciales no movilizó a sus afiliados encolumnados como sindicato, y recibió las críticas de algunas seccionales, como la de Capital Federal. Incluso ayer aparecieron carteles mostrándole el descontento
Sin embargo el moyanismo logró un protagonismo exclusivo en la movilización y encontró en el 18F la resurrección pública de Piumato que estuvo en el centro de la escena e hizo valer toda su experiencia en marchas.