Dirigentes de la Unión del Personal Civil de las Fuerzas Armadas (Pecifa) presentaron una cautelar por la demora del Ministerio de Trabajo de convocar a elecciones ante la acefalía de la organización. Denuncian que Eduardo Lanchieri está vaciando el gremio.
Albana Filippo, secretaria General de la seccional porteña de la Unión del Personal Civil de las Fuerzas Armadas (Pecifa), presentó en las últimas horas una cautelar ante la justicia laboral para reclamar que se apure el llamado a elecciones de la organización a nivel nacional.
En agosto pasado, y tras una serie de denuncias contra el secretario general nacional de PECIFA, Eduardo Lanchieri, 16 miembros de la comisión directiva se reunieron en Congreso General Extraordinario. Allí definieron el revocamiento del mandato del titular de la organización y renunciaron a sus cargos.
Esa situación provocó que el gremio quede «acéfalo» y sin quórum para sesionar en las reuniones de comisión directiva. Eso debía derivar, estatutariamente en una nueva convocatoria a las urnas.
Sin embargo, a pesar de los pedidos ante el Ministerio de Trabajo para que intervenga y se avance en un llamado a elecciones de nuevas autoridades, eso todavía no ocurrió.
De hecho sí hubo audiencias conciliatorias, pero sin posibilidad de acercamiento alguno. Eso generó aún más demoras.
Por ello, y tras encarar movilizaciones hacia la sede de Alem, ahora recurren a la justicia para que apuren «la urgente convocatoria a elecciones» para elegir la nueva Comisión Directiva Nacional de la entidad y se le bloquee el manejo de las cuentas del gremio Lanchieri.
Según denuncia Filippo en la cautelar a la que tuvo acceso InfoGremiales, «El secretario General de la entidad y el resto de los 5 cargos revocados en el Congreso, ante la pasividad del Ministerio interviniente, continuaron en poder de la entidad y comenzaron a vaciar las arcas de las mismas a través del uso ilegítimo de sus cuentas bancarias».
En el escrito, además acusa a Lanchieri de enviar notas a las Fuerzas Armadas desconociendo la tutela sindical de sus opositores y de dejar de transferir fondos a las distintas seccionales lo que pone en peligro, no sólo el pago de los salarios de trabajadores y dirigentes, sino también la existencia misma de ellas.