Mientras que el pedido por la unidad sindical gana terreno entre los dirigentes cegetistas de cara al proceso electoral que se avecina y, además, sigue ocupando largas columnas en todos los medios, el Movimiento de Acción Sindical Argentino (MASA) salió a fijar postura y a marcar la cancha.
En un encuentro realizado en la sede del Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU) el pasado lunes, los dirigentes enmarcados en el MASA encabezados por Antonio Caló titular de la UOM y de la CGT y el líder de los peones de taxi, Omar Viviani, volvieron a reiterar que quieren la unidad sindical pero que llegado el momento será evaluada de acuerdo al proyecto para la reunificación.
Fuentes sindicales le contaron a InfoGremiales que los dirigentes presentes coincidieron en que los pedidos de unidad en los que embanderan desde Azopardo e, incluso, algunos de los miembros de la central oficialista, responden a una intencionalidad política clara: «piden la unidad porque en realidad quieren debilitar a Cristina» sostuvieron.
Además, los dirigentes fueron más allá y afirmaron que «ellos no van a ser utilizados para maniobras con intenciones desestabilizadoras» y confirmaron su respaldo al gobierno nacional.
En ese sentido acordaron emitir un comunicado como MASA, sin el aval del resto de los miembros de la CGT, y movilizar el próximo domingo con sus propias banderas para demostrar su apoyo a CFK en lo que será la apertura de sesiones ordinarias.
Esta distancia entre los componentes de la CGT la deja una vez en un equilibrio inestable y al borde de la ruptura. No es casual que esto se produzca luego de que Héctor Daer, dirigente de Sanidad, integrante de la misma central y hombre del massismo saliera a decir públicamente que la CGT que comanda Caló no existe más.
Del cónclave del MASA participaron, además de los metalúrgicos y taxistas, personal legislativo, molineros, maritimos, capitanes de ultramar, telefónicos, construcción y afines, trabajadores del vestido, chacinados y fotografos, entre otros.