Las imágenes impactantes de los barras de Laferrere enfrentándose con la policía pusieron el foco en lo que ocurre con el club de La Matanza. Es que la poderosa barra de Laferrere, una de las más importantes del país, no es un mero grupo de inadaptados, sino que es mano de obra utilizada frecuentemente tanto para las actividades de la política como por el gremialismo. Y el señalado por todos, entonces, es Julio Rubén Ledesma.
Ledesma, «El negro» como lo conocen por sus pagos, es titular del poderoso gremio de mercantiles de Zona Oeste (SEOCA) y Diputado Provincial electo en 2013 por la lista del Frente Renovador.
Ledesma hace muchos años tiene un juego importante en lo territorial y aspira a ser intendente de La Matanza. Con ese norte ya saltó de partido político en varias oportunidades y ahora se ubica en el universo del Massismo.
Claro que financiar una campaña no es sencillo y mucho menos en ese municipio que es casi una provincia, dentro de la Provincia. Para «jugar» en la política se recuesta en los recursos del gremio que se multiplican con descuentos compulsivos que son más altos que la media. Toda una innovación.
El SEOCA es auspiciante del club Laferrere y uno de los principales sponsors de la camiseta. Pero la plata de los mercantiles que llega a Laferrere no siempre lo hace por las vías tradicionales. Sucede que la mayoría de los recursos que se muevende un lado a otro son oscuros.
En 2013 en un asado con el que Ledesma celebraba el día del Empleado de Comercio se produjo un enfrentamiento entre barras. Aunque para muchos lo sucedido pasó desapercibido, lo que ocurrió fue que la barra de Laferrere, tradicional fuerza de choque del gremio, se enfrentó con la de Morón, otros que suelen hacer negocios con el sindicato.
Los vínculos entre Ledesma y la barra no son sólo gastronómicos. En el último proceso electoral del gremio los barras de Laferrere, comandados por gente del SEOCA, atacaron a los referentes de la oposición cuando se aprestaban a presentar una nómina alternativa para disputarle la conducción por primera vez en 24 años.
Ese ataque, sucedido el 10 de mayo de 2013, cuenta con denuncias radicadas en la UFI Nº 3 de Morón, en las que se investiga a Rodrigo Ledesma (hijo de Julio) y otros. Además, en la misma causa se los acusa del robo de objetos personales y documentación de la agrupación Dignidad y Transparencia.
Con el mandato prorrogado por unas elecciones que no pudieron realizarse y se encuentran todavía en suspenso, “El Negro” lanzó una ofensiva contra la oposición. Comenzó a visitar las empresas y a acordar el despido de la mayoría de los delegados opositores. Así se produce la «limpieza» de los rebeldes de la estructura gremial en la que apoya su candidatura por el massismo.
Hasta hoy los despidos de opositores consensuados entre los empresarios y el gremio ya superaron los 60 (incluido el candidato a secretario general de la nómina opositora) y el último fue el de Mariana Aravena, delegada de Carrefour, cesanteada sin causa.
Además desde distintos sectores señalan que, con la banca del sindicato, los barras de Laferrere le cobran a los comerciantes de la Avenida Luro, la principal arteria de la zona, una suma que asciende hasta los 3 mil pesos por protección (de ellos mismos, por supuesto).
Todo indica que lo ocurre en Laferrere no es una excepción, sino que es el botón de muestra de la relación que suele tener como protagonistas a hombres poderosos detrás del financiamiento de las barras.