(Por Jorge Duarte @ludistas) Con la inflación que vuelve a acelerarse e impacta todavía con más fuerza sobre los alimentos, los gremios ponen el eje en los formadores de precios. «Este año nos vamos a juntar a ver como acompañamos al gobierno en la lucha contra los formadores de precios», había adelantado Antonio Caló. InfoGremiales accedió en exclusivo a la facturación de una de las principales cadenas que ponen los alimentos en la mesa de los argentinos.
Con la discusión sobre el cierre con el FMI de fondo, la batalla contra la suba de precios se convirtió en el problema central, en un año en el que los gremialistas esperaban que pueda consolidarse una recuperación del poder adquisitivo del salario. También es el punto nodal de las discusiones sobre el modelo económico y de las aspiraciones políticas: «Imposible ganar las elecciones con un 50% de inflación», se repite en diferentes círculos de poder.
Ya en septiembre del año pasado, parece lejano con todo lo que ocurrió después, Cristina Fernández de Kirchner había ubicado el tema sobre el tapete: «Yo no quiero que ese crecimiento económico del año 2021 se lo queden tres o cuatro vivos nada más. Para esto, me parece que hay que alinear salarios y jubilaciones, obviamente, precios, sobre todo los de los alimentos y tarifas.”
Luego de que en diciembre la inflación alcanzara el 3,8% y cerrara el 2021 en 50,9%, las consultoras privadas calcularon que los alimentos volvieron a impulsar el alza de precios en enero con incrementos de más de 5 por ciento. Mientras tanto los salarios del sector privado batallan para no volver a perder contra la inflación y los de los no registrados se hunden. Parece que, efectivamente, el crecimiento se lo están quedando 3 o 4 vivos.
Todas las miradas, por la corrida de precios, apuntan a los formadores. Es que en los acuerdos de precios y salarios, como el que se hizo el año pasado y como el que el propio Presidente de la Nación, Alberto Fernández, vuelve a impulsar para este año, lo único que se atan son los salarios. Anclan los ingresos para que después los precios sigan su rumbo.
«El diálogo de parte de la CGT lo cumplimos siempre. El problema está del otro lado. Creo que este año nos vamos a juntar a ver como acompañamos al gobierno en la lucha contra los formadores de precios», adelantó la semana pasada Antonio Caló, líder de la UOM y hombre clave de la CGT.
En 2021 la idea de alinear precios y salarios sólo estableció un primer patrón a las paritarias. De hecho, la inflación superó la meta fijada para el año en los primeros 7/8 meses. En gran medida, los sindicalistas y el propio Gobierno creen que la culpa es de los empresarios. Pero hay mucho recelo (¿temor?) para aplicar alguna receta para tomar cartas en el asunto. Una especie de remake del alfonsinista «les hablé con el corazón y me contestaron con el bolsillo».
Entre quienes están más en el foco de la tormenta se encuentran los supermercadistas, factores decisivos si los hay en la cadena que coloca los alimentos en la mesa de los argentinos. «Es mentira que están en crisis. Facturan una fortuna», le explicó un dirigente que sigue el tema de cerca a InfoGremiales.
Para contrastar y confirmar esa impresión, y poner en evidencia de qué hablamos, InfoGremiales accedió en exclusiva a los montos de facturación total de las tiendas de una de las cadenas más poderosas y con mayor presencia en el país. La compañía, de capitales chilenos, sólo en octubre facturó un total de 12.665.732.890,57 pesos en ventas. Además le sumó otros 1.385.504.300,00 en extra cash. Es decir, movió más de 14 mil millones de pesos en sólo mes.
Algunos botones de muestra: la tienda emplazada en Nordelta facturó más de 259 millones de pesos en octubre; la de Salguero más de 41 millones de pesos; la de San Isidro más de 58 millones de pesos; la de Quilmes más de 180 millones de pesos; y la de Tortuguitas más de 121 millones de pesos.
La lista es enorme y «eso sin contar sus otras unidades de negocios», recordaron, «ni los aumentos de ventas estacionales». Por ejemplo, se calcula que para las fiestas el incremento del movimiento en las tiendas ronda en un 25% promedio.
«Después los trabajadores les van a pedir un aumento para pasar la navidad y tienen que hacer malabares para que les den 13 lucas en mercadería», disparó la misma fuente.
El problema de los formadores de precios no se circunscribe a las grandes cadenas de supermercados. Los mismos dirigentes saben que también hay grandes conflictos para controlar a los supermercadistas chinos (más de cercanía) que manejan, además, márgenes de ganancias superiores a los de las grandes cadenas.
El problema de los precios y de la inflación (especialmente en los alimentos) es central en la discusión de la redistribución de la riqueza. «Si se la quedan 3 o 4 vivos» o si hay margen para recuperar un salario real heredado del macrismo que perdió, de piso, un cuarto de su poder de compra.