El desarrollo de la explotación de hidrocarburos en aguas profundas del Mar Argentino, a la altura de la Costa Atlántica, podría generar alrededor de 220.000 puestos de trabajo directos e indirectos y exportaciones por unos US$ 25.000 millones anuales, con lo cual “desaparecería el problema del cepo cambiario o al menos sería mucho más flexible que hoy”.
Así lo aseguró hoy el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, días después de conocerse el fallo judicial que suspendió el proyecto de explotación petrolera offshore a unos 300 kilómetros de la ciudad de Mar del Plata al conceder una medida cautelar solicitada por el municipio de General Pueyrredón y un grupo de organizaciones ambientalistas, que será apelado por el Ejecutivo.
Kulfas sostuvo que, “si todo saliera bien, el impacto en divisas sería tal que desaparecería el problema del cepo cambiario o al menos sería mucho más flexible que hoy».
En declaraciones formuladas esta mañana a Radio Nacional, el funcionario puntualizó que el Gobierno «no está ni a favor del ‘vale todo’ ni tampoco del prohibicionismo», y destacó que, por primera vez, en los estudios de factibilidad de esta iniciativa participó el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible.
En ese sentido, remarcó que «todo se hizo en un marco de fuertes resguardos ambientales», y enfatizó que el desarrollo offshore -autorizado a fines del año pasado luego de haber pasado los mecanismos de rigor, incluida una audiencia pública- estará localizado «a 300 kilómetros de la costa».
«Es como creer que algo que pase en la ciudad de Buenos Aires podría impactar a Chascomús», graficó el ministro sobre los cuestionamientos realizados por organizaciones ambientalistas, al tiempo que puso de manifiesto el interés que despertó la iniciativa en la propia comunidad marplatense, en función de los recursos y fuentes de trabajo que podría significar para la zona.
En ese marco, relativizó la validez de las acusaciones sobre los impactos ambientales al destacar los adelantos tecnológicos de los últimos años y explicó que la mayoría de los desastres ecológicos relacionados con los hidrocarburos no se da en las plataformas marítimas sino en los buques.
Asimismo, tachó de «falso» que las explotaciones mineras no generen trabajo en las zonas donde están localizadas o que no representan ingresos fiscales de consideración.
«Pagan un 3% de regalías a las provincias, es verdad, pero también derechos de exportación, impuesto a las Ganancias y otros tributos nacionales y provinciales», indicó, además de señalar que «de cada cien pesos que factura una minera, tuvo que haber gastado 50 en proveedores locales».
Al respecto, destacó el rol de la minería en el proceso de reemplazo de los autos propulsados con combustibles fósil a los de motores eléctricos, que demandan cinco veces más cobre que los primeros y utilizan baterías de litio.