Desde este lunes, las 54 seccionales de la UOM renovarán sus conducciones. En 11 de ellas habrá más de una lista en disputa y ya hay recambio asegurado en lugares claves. La duda gira en torno a la capacidad político sindical de Antonio Caló para asimilar y encausar un posible cimbronazo desde abajo.
Este lunes comienza una caliente semana electoral en la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), principal gremio de la actividad industrial del país con más de 200 mil trabajadores representados. Es, además, un sindicato insignia de la vida interna de la CGT que le proveyó a la central obrera varios de sus dirigentes más emblemáticos.
De acuerdo a la cantidad de afiliados, en el transcurso de estos días se votará en las 54 seccionales del gremio metalúrgico. El dato llamativo es que en 11 de ellas habrá más de una lista en los cuartos oscuros, lo que vaticina fuertes compulsas.
Entre otras, habrá que seguir con atención lo que suceda en Quilmes, donde un histórico como Francisco «Barba» Gutierrez pondrá en juego su reelección con una oposición fortalecida detrás de Adrián Perez. Y también lo que pase en Avellaneda, de las seccionales más populosas del país. En el marco de tensiones internas y también con la conducción nacional el viernes el secretario General de la UOM Avellaneda, Daniel Daporta, lideró una movilización que llegó hasta las puertas de la sede central del gremio. Toda una demostración de fuerzas que no tiebe muchos antecedentes en el pasado cercano.
En dos casos La Matanza y Morón, seccional que abarca, además del propio Morón, a Hurlingham, Ituzaingó, Merlo, Moreno y Marcos Paz, ya hay renovación asegurada. En La Matanza el oficialismo selló una lista de unidad con la oposición y Hugo Melo dará un paso al costado. En Morón el oficialismo se quedó sin lista y la oposición de Rubén Andrada estará en soledad en los cuartos oscuros.
También hay listas opositoras en seccionales estratégicas de Mendoza, Santa Fe y Córdoba. Toda una rareza en la Argentina del centro que deberá revalidar sus liderazgos.
Vale recodar que en la UOM los afiliados no eligen de manera directa a las autoridades del sindicato sino eligen a sus representantes, quienes después son los que terminan consagrando a la conducción nacional.
Por ello, en gran medida de lo que deparen las urnas en estos días depende el futuro de la conducción nacional.
Antonio Caló está al frente del sindicato industrial desde 2004, cuando reemplazó a Lorenzo Miguel, quien estuvo a cargo del gremio entre los años 1970 hasta 2002, año en el que falleció.
La duda gira en torno al efecto que podría detonar en la conducción nacional una serie de cambios fuertes en las seccionales. Por ello, además del propio Caló, las miradas se posan sobre el otro liderazgo fuerte de la actividad: Naldo Brunelli. Un hombre que tiene su lugar asegurado y que tiene capacidad de influencia como para ser el pacificador de un posible cimbronazo.
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