Guillermo Moser consiguió ayer un nuevo mandato de 4 años al frente de la Federación Argentina de Trabajadores de Luz y Fuerza. Había llegado al cargo en 2014 tras una fuerte disputa con los herederos del fallecido Oscar Lescano. Ahora, 8 años después, cosechó 158 de 159 votos.
La fórmula Guillermo Moser-Alfredo Romero fue reelecta ayer por un nuevo período de cuatro años al frente de la poderosa Federación Argentina de Trabajadores de Luz y Fuerza (Fatlyf).
La elección de autoridades para el período 2022-26 se dio en el contexto del 69° Congreso Extraordinario que deliberó en el Hotel Intersur «13 de Julio» de Mar del Plata.
Allí se congregaron delegados congresales de todas las seccionales del gremio. Los dirigentes fueron reelectos en representación de la Lista Celeste y Blanca por 158 de los 159 delegados congresales empadronados.
Además Lauro Paz fue elegido secretario Gremial, Mario Rojas de Organización e Interior, Dardo Fauret en Hacienda y Finanzas y Sergio Vergara ratificado en Prensa.
Moser había llegado a la conducción el 2 de octubre de 2014, luego de una contienda electoral histórica, en la que se impuso a una lista con más de 20 años en el poder liderada por Rafael Mancuso, heredero natural de Oscar Lescano, histórico dirigente de la organización.
A partir de allí el chaqueño supo construir una hegemonía al interior que le permitió comenzar a tallar en la política cegetista. De hecho el gremio que había perdido la gravitación que tuvo en la época de Lescano, hombre que llegó a ser Secretario General de la CGT, hoy recuperó una silla: se quedó con la Secretaría de Políticas Energéticas del consejo directivo de Azopardo.
Además, Moser, de perfil subterráneo y escasas palabras, se convirtió en uno de los pilares del SEMUN, espacio sindical que comanda el ferroviario Sergio Sasia y consiguió un importante poder de influencia en el último lustro.