El secretario gremial de la Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular (UTEP) Gildo Onorato analizó la situación socioeconómica del país en una entrevista radial. Allí se refirió a la CGT, a la economía popular y a las necesidades de la pobreza estructural, que ya calcula en un 25% de la PEA.
El dirigente del Movimiento Evita, Gildo Onorato, dialogó con Radio Perfil y analizó la situación de los trabajadores de la economía popular respecto a la CGT.
«El Consejo Directivo de la CGT decidió no movilizarse esta vez y concentrarse en las paritarias y la actualización de los salarios. Es una posición respetable, pero la realidad de nuestro sector demanda otro tipo de agenda», señaló.
«La intención era celebrar el Día del Trabajador, teniendo en cuenta la negación que tuvo nuestro sector como parte de la clase trabajadora, con su ausencia de derechos, con actividades de nuevo tipo, y por eso era relevante.», explicó.
Y agregó: «Fue una demostración contundente de una nueva realidad del mundo del trabajo, sin convenios, donde diferenciamos empleo de trabajo y eso también forma parte de las relaciones sociales que se van constituyendo de otra manera en el siglo XXI.»
Al ser consultado sobre el cambio en los líderes sindicales, Onorato dio su visión de época: «Estamos en la etapa final de un ciclo histórico, después de lo que fue la crisis del 2001, tanto en el plano político como en el sindical.»
«Los emergentes políticos no han podido construir una propuesta integradora del conjunto de la sociedad y hemos pasado de crisis en crisis. Eso aumentó las desigualdades, los padecimientos y, si bien hay factores externos, en el mundo sindical se empieza a ver un cambio paulatino.», reconoció a Radio Perfil.
«El diálogo de la UTEP con el sindicalismo tradicional es bueno, respetuoso desde distintas realidades, pero avanzamos en muchas cuestiones, como cuando se logró la Ley de emergencia social en el 2016, que consagraba el salario social complementario. Era dejar de ser un plan social para reconocer un trabajo parcial y que tenga una remuneración salarial social, porque cumple una labor comunitaria y que se complementa con los ingresos que se pueden generar los compañeros por sus propios medios.», agregó.
También hizo referencia al mapa de la pobreza actual y la dividió en tres grandes segmentos: «Los que provienen de generaciones de pobreza estructural, a los que hay que brindarle un ingreso básico y acompañamiento comunitario e institucional, por las dificultades para insertarse en el mercado laboral. La mayoría se refiere a los que pueden volver a emplearse, que tiene que capacitarse y vincularse con el mundo privado, pero es muy minoritario entre los que cobran planes y en el Movimiento Evita ya lo estamos haciendo. El segmento más importante, que nosotros consideramos como «el núcleo», representa casi el 25% de la población económicamente activa y necesita la ampliación del monotributo social hacia uno productivo, el crédito no bancario y potenciar circuitos de compra y venta.», concluyó.